Hace unos años el diseñador urbano Lou Hang estaba en una junta comunitaria para la iniciativa de rediseñar una de las calles del barrio, en este caso la Second Street, en San Francisco. Los planificadores entregaron recortes de papel para permitir que los participantes mezclaran y empataran elementos para crear la calle ideal. Huang pensó que este ejercicio sería un gran sitio web, y ahora es un gran sitio web.
Streetmix es una herramienta de empoderamiento ciudadano que, con un espíritu lúdico, nos permite simular el diseño de nuestra propia calle, generando así un profundo involucramiento, por cierto empático, con las múltiples variables implícitas en la definición de la calidad de vida dentro de una cuidad.
El principio detrás de Streetmix es simple: lleva la funcionalidad básica de “arrastra y suelta” al proceso de diseño de calles. El usuario selecciona el ancho de una calle y añade o quita todo, desde un tren ligero hasta señales de tránsito y banquetas, todas ajustables en medidas para empatar especificaciones –remitiéndonos a una especie de videojuego.
Hasta ahora este sitio ha sido llevado a la realidad en proyectos como ciclovías en Seattle, transporte público en Oakland y rutas alternativas en Nueva Jersey. “Está regresando poder a la gente, permitiendo que vocalicen cuáles son sus prioridades en el paisaje urbano”, apuntó Huang.
A fin de cuentas, y si bien las autoridades tienen una responsabilidad fundamental en ello, la evolución de una ciudad es una responsabilidad latente de todos sus habitantes. El familiarizarnos con los procesos y las tomas de desiciones que yacen detrás del desdoblamiento de nuestra urbe es un gran comienzo.
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