Resulta fascinante mirar cómo es que el mundo se transforma, paradójicamente, en un complejo moderno y tecnológico que está adoptando la vida en armonía con la naturaleza. Lo que antes era solo un escenario de ciencia ficción –y ciertamente una idea de convivencia “obligada” con la naturaleza creciente abruptamente entre el concreto urbano–, es hoy una hermosa realidad que define más que la trascendencia de ciudades enteras, una evolución de consciencia.
Hace no mucho la Torre Eiffel, emblema monumental parisino por excelencia, plantó una inesperada terraza verde en su primer piso. Fabricada a partir de romero, laurel, hiedra y césped, la novedosa área verde evidencia lo que muchos monumentos simbólicos al rededor del mundo podrían empezar: una revolución en torno a la adopción de una vida urbana verde.
Con sus 7 millones de visitas al año, la torre parisina espera todavía más turistas con esta terraza superpuesta solo para la época de verano. Sin embargo, alrededor de la orbe ha resonado la idea de concentraciones verdes en distintos monumentos como una posibilidad viable.
En la Ciudad de México, se había planeado ya por medio de change.org firmar una petición para crear jardines verticales en sitios cuya calidad del aire es muy mala. Es el caso, por ejemplo de avenidas concurridas como el periférico. En la petición se imagina el segundo piso de esta avenida así:
Ahora bien, imagina que todos los sitios más emblemáticos de tu ciudad tuvieran superpuestas hermosas concentraciones verdes que, además de lucir estéticamente envidiables, ayudada contrarrestar el deterioro ambiental en la medida en que limpian el aire que respiramos y ayudan a insectos importantes como las abejas y mariposas a reproducirse.
Las terrazas verdes son una de las mejores opciones viables en el mundo para limpiar poco a poco nuestra calidad de vida y la de otros seres vivos. Concierne a cada habitante, ejerciendo su “ciudadania”, crear este futuro verde para las demás generaciones.
Por otro lado, en París se había empezado ya la reconstrucción estética de la zona con iniciativas como Des graines à tous les étages (“Semillas en todos los pisos”), en la que se distribuyó gratuitamente paquetes de semillas para animar a la gente a crear una capital más verde. Hoy en día existe una preocupación más grande por cuidar del medio ambiente en prácticamente todo el mundo. A México le toca sumarse urgentemente, ¿te imaginas cómo se verían algunos monumentos en la ciudad si tuvieran sus propios “pulmones” verdes?
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