De alguna manera inevitable la colonia Roma evoca a la cultura francesa –¿Quién no ha leído sobre la afrancesada época de la Ciudad de México?. La Roma es uno de los barrios que se imaginó y edificó desde un principio con hermosos ejemplos de art nouveau, y posterior grandes ejemplos eclécticos y art déco. Y aunque la tendencia duró poco, hoy se siguen encontrando muestras de aquellos estilos; reminiscencias fugaces a ese pasado elegante –pero también complejo– que la Ciudad de México vivió en el porfiriato.
Hoy de estas fachadas estilizadas solo nos queda poco, cuando no ruinas. Trazos inertes, todavía renuentes entre grandes y modernos edificios. Tal vez significando la decadencia de aquella época, acaso menos atractiva en estos, los tiempos del diseño abrazado por la tecnología.
Para quien goza de las largas caminatas urbanas, la Roma es uno de los mejores sitios para hacerlo, pues concentra grandes árboles –más jacarandas que ningún otro– y gozosas fuentes deleitando frescura. Y en este trayecto mirar las fachadas suele ser una práctica agradable.
La siguiente es una serie de fotografías que pretende ser la primera de muchas. Un breve muestrario de algunas fachadas antiguas que hoy perviven en la Roma. Si bien es cierto, existen otras obras arquitectónicas todavía más bellas en el barrio, pero para este caso se eligieron algunos de los lugares abandonados y/o los notablemente consumidos por el tiempo, pues su belleza, inevitablemente, se encuentra en cada una de sus atemporales grietas.
/Fotografías: Jaen Madrid para MXCity
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