Un poco sobre la belleza de la lluvia en la ciudad…

“Some people feel the rain. Others just get wet.”

(“Algunas personas sienten la lluvia. Otras solamente se mojan”)

Bob Marley

 

Sin duda, la lluvia suele verse como un enorme inconveniente para quienes vivimos en la ciudad. Trasladarse se vuelve mucho más difícil, algunas partes de la ciudad se inundan, las calles se llenan de tráfico y, queramos o no, la lluvia produce un cierto aislamiento que hace que la gente evite, en la medida de lo posible, salir a la calle. Pero sólo hace falta volver a pensarla, revisarla y tal vez observarla caer con un poco de calma, verla con otros ojos para ser capaces de disfrutar su gentil poder.

gente

Si tomamos en cuenta el carácter simbólico de la lluvia, es posible descubrir que sus muchos significados dependen de su contexto, y es que ver caer la lluvia frecuentemente produce una fuerte sensación de melancolía, y en ocasiones, hasta de tristeza. La lluvia viene acompañada de la ausencia de sol, y esa es otra razón por la que su esencia puede hablarnos de una cierta oscuridad.

Pero la lluvia también tiene otra lectura, una que se relaciona más con su elemento regente, el agua, y su capacidad de limpiar lo que toca, de purificación. Vista desde esta otra óptica, la lluvia implica una limpieza en el universo físico totalmente necesaria en una ciudad como la nuestra, y también, totalmente disfrutable: la lluvia se lleva el polvo y la contaminación, hace que las plantas crezcan, y es capaz de generar en muchos de nosotros una sensación de limpieza espiritual, de tranquilidad y de calma.

lluvia

Así, los días lluviosos no necesariamente tendrían que ser días grises y tristes; pueden ser una deliciosa oportunidad para acabar un libro que lleva un buen tiempo esperando a que lo terminemos, ver una buena película o visitar un museo.

La biometeorología —rama de la ciencia que estudia los efectos de los procesos atmosféricos en los seres vivos— ha realizado numerosos estudios que demuestran que hay una explicación científica detrás del placer que puede causar una tormenta, relacionado con las partículas cargadas en el aire, iones, que durante las tormentas se vuelven negativos; se trata de exactamente el mismo principio que hace que tomar un baño nos produzca una sensación de bienestar.

ciudad

Las tormentas en la ciudad tienen un lado bello, que nace de la mera estética de ver la lluvia caer (con un poco de suerte, desde el calor y la seguridad de nuestra casa), una imponente belleza que también podría provenir de una de nuestras más primitivas necesidades, la de sentirnos a salvo de la ingobernable naturaleza…

 

 

 

 

 


Comments

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *