Pequeños zorros de Lillian Hellman, reinterpretada por el director Luis de Tavira.
En 1939 la dramaturga estadounidense Lillian Hellman estrenó Pequeños zorros (The Little Foxes), una obra de teatro que hace una fuerte crítica al capitalismo y la ambición propias de la era de su autora —un mundo tocado por del crack de 1929. Nuestra actualidad resulta un lugar perfecto para la revisión de una obra como esta, una que es capaz de cuestionar nuestra realidad en varios niveles, y eso es precisamente lo que logra el director Luis de Tavira en su puesta en escena de Pequeños zorros.
La obra cuenta una historia que podría parecer simple, pero no lo es. Se trata de una familia de tres hermanos, dos hombres y una mujer, que viven en Alabama en 1900, y que a través de la usura y el abuso se han hecho ricos y han sabido escalar en la sociedad. Una oportunidad de hacerse aún más ricos en un negocio conjunto hará obvia su insaciable ambición y falta de valores, que los llevarán a traicionarse y robarse mutuamente, y que terminarán por destruir a la familia.
Quizá, los más importantes logros de la obra son la puesta en escena y su notable plástica: la danza perfecta de los diez personajes en cada una de sus escenas, en un escenario inteligente y hermoso, realizado por el gran Alejandro Luna. Los preciosamente ataviados miembros de la oscura familia entran y salen, se asoman y se esconden, se vislumbran en espejos con una coordinación perfecta, como si se tratase de fotografías vivas que cuentan la historia.
Pequeños zorros habla sobre la profunda complejidad de las familias, la ambición y la malicia, sobre el dinero y cómo este es capaz de pervertir y destruir. Pero también, y muy en consonancia con los problemas sociales que vivimos actualmente, es la historia de un personaje femenino, Regina, que intenta triunfar en mundo regido por hombres, y al final, muy en el fondo, es destruida. Y es que todas las mujeres de la historia, de una u otra manera, resultan víctimas de su género, en el mejor de los casos (el personaje de la esclava afroamericana es quizá uno de los pocos personajes que se salva de la miseria).
Nuestro mundo está lleno de personas que presencian la injusticia, la miseria, la corrupción y el dolor sin hacer nada al respecto; se nos ha enseñado a ser individualistas, sin advertir que ese es precisamente el camino de la destrucción de todos nosotros: ser testigo de este macabro espectáculo en silencio es tomar una decisión. El poderoso texto de Hellman, en esta ocasión interpretado por Luis de Tavira, apela precisamente a esa idea, y por eso es capaz de tocar fibras profundas en su público. Se trata pues de una obra de teatro revolucionaria, profunda, bella en el sentido más estético de la palabra y muy disfrutable.
Pequeños zorros fue adaptada por el director Luis de Tavira junto a su hijo José María de Tavira, y su elenco está integrado por Juan Carlos Vives, Pedro de Tavira, Arturo Ríos, Stefanie Weiss, Rodolfo Guerrero, Ana Clara Castañón, Raúl Adalid, Marisol Castillo, José Antonio Becerril y Yulleni Pérez Vertti.
La obra se presenta en el Teatro Santa Catarina (Jardín Santa Catarina # 10, Coyoacán) los jueves y viernes a las 19:00, y los sábados y domingos a las 18:00, hasta el 9 de octubre.
Fotografías: Julia Con
Twitter de la autora: @imissmaria
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