La delegación de Tláhuac data de 1222, cuando los chichimecas se asentaron en la zona.
Hace varios siglos, en 1222 para ser exactos, un grupo de chichimecas se asentó en el territorio de lo que solía conocerse como Tizic, que quiere decir “barrio o casa”. Fue esta comunidad la que dio pie a la fundación del pueblo de Cuitláhuac, que en náhuatl significa “estar a cargo de algo”. Se presume que esta responsabilidad de los indígenas, mucho tenía que ver con el agua, ya que se trataba de un pueblo que convergía con uno de los espectaculares lagos del Valle de México.
Hacia 1446, el emperador Moctezuma Ilhuicamina ordenó la construcción de la Calzada de Tláhuac, que se encargaba de fungir como puente entre Tlatelolco y Tulyehualco. De igual manera, esta calzada servía como división entre el Lago de Chalco y el de Xochimilco.
Cuando los españoles arriban por la costa de México, comienzan a abrirse paso hasta Tenochtitlán. Una de sus paradas obligadas sería Iztapalapa. Para llegar a aquel paraje, cruzaron por Cuitláhuac, y aprovechando la visita, Hernán Cortés llevó a cabo una comida con el cacique local del pueblo.
Relata Bernal Díaz: “Llegamos a la calzada ancha y vamos camino de Iztapalapa. Y desde que vimos tantas ciudades y villas pobladas en el agua, y en tierra otras grandes poblaciones, y aquella calzada tan derecha y por nivel como iba México, nos quedamos admirados y decíamos que parecía a las cosas de encantamiento”.
Por otro lado, cuenta el fray Francisco de Aguilar: “Entraron a Cuitláhuac los españoles y demás acompañantes, muy sorprendidos al contemplar la belleza de la ciudad con sus grandes torres, iban por una angosta calzada en la que apenas podían pasar dos en caballo, toda era de puentes elevadizos”.
Para 1530, el gobierno de la colonia comenzó a exigir recaudación de tributos a los indígenas, para la corona. Pronto Cuitláhuac, junto con Mixquic, se convertiría en encomienda privada, sobreviviendo hasta el siglo XVII ligadas al corregimiento.
Durante la época de Independencia, Tláhuac fue el lugar a donde Vicente Guerrero se retiró durante uno de los levantamientos. Y en 1849, el primer viaje de un barco de vapor tenía como destino la población de Chalco.
También la delegación jugó un importante papel durante la Revolución, pues fue allí donde las fuerzas zapatistas operaban sus planes.
Entrado el siglo XX, Tláhuac continuaba siendo un pueblo meramente rural, por este motivo solían llamarlo “La Provincia del Anáhuac”. Pero a partir de la década de 1980, la veloz urbanización de la Ciudad de México alentó el desarrollo de la delegación. Hoy Tláhuac es un territorio donde convergen los vestigios prehispánicos, como los pueblos originarios y las chinampas, con la arquitectura colonial y la evolución moderna. Es por eso que esta zona es conocida como la delegación que renace.
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