El concepto de un verdadero patriota, refiere a la posesión de una fuerte identidad cultural o étnica.
Contrario a lo que se ha leído en innumerables time line mexicanos, celebrar las fiestas patrias (15 y 16 de septiembre) no es una cuestión tan simple como beber tequila, tronar cuentes y no ir a trabajar.
Algo mucho más profundo que eso implica derramar sangre, según se dice, en busca de una Independencia de México. Si se logró –o simplemente nunca ha ocurrido–, sin duda la batalla de aquél 16 de septiembre de 1810 marcó a México.
La historia de la Secretaría de Educación Pública advierte que la Independencia de México se logró gracias a personajes como Ignacio Allende, Miguel Domínguez, Juan Aldama, Miguel Hidalgo y José María Morelos. Pero otros historiadores radicales han escrito que muchos de estos personajes –en su mayoría criollos– lucharon por intereses personales de una clase social minoría y no por una libertad democrática tan amplia como se imagina.
Sea como hubiese sido, hoy celebramos, más bien, la valentía de los guerreros. Insurgentes, rebeldes; revolucionarios, incluso. Personajes a lo largo del tiempo que, señala la historia, derramaron sangre por una patria. Que de alguna manera ejemplifican cómo es que se logran las independencias de un país como México, probablemente aún más colonizado que antes.
Hoy no existen insurgentes. Y si los hay se les llama por su causa “chairos”.
En el slang mexicano, algo particularmente interesante ha surgido desde una palabra cuyo significado proviene de la jerga coloquial “chaira” o “chaqueta”, y es el sustantivo de “chairo”. Contrario a lo que se ha acostumbrado pensar, la palabra chairo hace alusión más bien a “aquel que no hace nada” sino chairas. En este sentido, quienes no están dispuestos a cambiar algo en sus vidas por la imagen de su país es en realidad un chairo.
Hoy a todos nos parece gracioso el que se toma las cosas en serio y no disfruta de no ir a trabajar, por ejemplo –¿Te has preguntado por qué no te gusta tu trabajo?. En suma, mucho de lo que se ha perdido es respeto. Respeto a la tierra –en especial la mexicana–, a la sangre –al mexicano, sin importar su clase porque también lleva tu sangre–, a las costumbres –que en su mayoría se extienden a unos 2 mil años de antigüedad–, al maíz –la planta que ha dado de comer a todo un pueblo y cuyo secreto cosmogónico la mayoría de mexicanos ignoran–, a la naturaleza –en presencia de divinidades prehispánicas hoy ignoradas que reclaman su respeto con vis maior, y que ninguno de los mexicanos podemos escapar de esta versión del mundo porque es la nuestra–, a la familia –un concepto brutalmente mexicano y con fuerte presencia, a pesar de que en los últimos años ha sido profanado por ideas occidentales de independencia.
Por todo eso y mucho más, te enlistamos una serie de preceptos que valdría la pena reflexionar en estos días de fiesta; acciones que te harían, por mucho, un verdadero patriota:
-Refuerza tu concepto de conciencia cívica. Con esto nos referirnos a la educación ciudadana. Vivir en comunidad implica ser libre sin atentar la libertad de terceros, velar por las tres públicas (son tuyas), Simplemente sé un buen ciudadano para con las personas que cohabitan tu ciudad.
–Da gracias. Hay de hecho, todo una filosofía detrás. Te hará sentir mejor y harás sentir mejor a los demás.
-Engendrar opiniones que interpongan barreras divisorias o diferencias de posición entre las masas es todo lo contrario a formar parte de una nación. Todos somos mexicanos y por ese simple hecho tenemos un fin común.
–Discriminar por clase, apariencia, complexión, género y sobre todo raza y color sólo refuerza lo poco mexicano que te sientes.
-Como automovilista tienes obligaciones. Pero también como peatón y ciclista. Si quieres defender tus derechos en la vía pública, enaltece, también, tus deberes pero sobre todo tu educación (aquí algunas normas sobre lo que debes tomar en cuenta para ser un buen peatón y también un buen ciclista).
–Participa en proyectos locales, colectivos y en pro de la comunidad. Para lograr una nación sensiblemente inteligente, primer hay que proyectar, por ejemplo, soluciones a pequeños problemas que se encuentran al alcance de resolver, ya sea la transformación de los hábitos sociales, el cuidado de nuestro medio ambiente o la investigación misma por encontrarle un uso reciclable a cada materia consumible.
–Infórmate. Ningún arma en el campo de batalla que es la vida es más poderosa que la información bien fundamentada. Como se advierte anteriormente, no se trata de engendrar teorías que divisen a la comunidad, se trata de llegar a un acuerdo colectivo para el beneficio de todos por medio del conocimiento, el análisis y la diferencia de perspectivas que enriquezcan las desiciones de un país tan astronómico como el nuestro.
Es de mexicanos saber discernir entre estos puntos esenciales y los que nos hacen un verdadero “chairo” (el que no hace nada por resurgir el verdadero significado de patriota). Celebremos bien conscientes.
/ Fotografía principal: elclaustro.edu.mx
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