El agua de lluvia tiene cientos de usos.
Resulta una paradoja sorpresiva que, en una ciudad lluviosa como la de México escasee el agua. Más aún, una ciudad que antiguamente fue una zona lacustre, que en vez de calles corrían ríos y que en la actualidad todavía conserva zonas en donde las personas se transportan en canoas pero les es imposible abastecerse del sistema de agua de la ciudad. Poco más de 10 millones de habitantes carecen de agua potable en todo el país, mientras que nuestra ciudad ocupa el tercer lugar en la lista de urbes en crisis de agua extrema.
Esta relación de lluvia y escasez ha provocado que algunos habitantes de la Ciudad de México se atrevan a idear maneras para aprovechar el agua de lluvia. Una de esas increíbles ideas fue propuesta hace unos años por Isla Urbana, proyecto para instalar contenedores con filtros, capaces de albergar agua de lluvia hasta por 6 meses en cada hogar.
Se sabe que hasta ahora, Isla Urbana ha instalado unos 2,600 complejos en México para limpiar el agua de lluvia, principalmente en zonas de escasos recursos y con ayuda de fondos, donaciones privadas y a través de entidades del gobierno. Lo que más se ha complicado en el empleo de este proyecto son los costos de las cisternas, aunque afortunadamente, la mayoría de las casa de México ya cuentan con una. Esto ha ayudado a mantener el costo de las instalaciones muy bajo, variando de $500 para los que ya tienen cisterna y hasta $1,000 para los que no cuentan con una.
En Xochimilco, por ejemplo, cientos de hogares no se encuentran conectados al sistema de agua de la ciudad. Es el caso reciente de Edgar Serradle Galicia, un huertano de la zona que se dedica al negocio del cultivo en chinampas y que desde hace no mucho ya cuenta con su cisterna ideada por Isla Urbana, que recoge, filtra y almacena unos 5 mil litros de agua.
Como bien se sabe, la Ciudad de México se abastece del sistema Cutzamala en un 30% de sus necesidades. Sin embargo, desde su construcción en la década de los 70’s, se han producido innumerables filtraciones que provocan que un 40% de agua se desperdicie antes de llegar a la capital. El otro 70% restante proviene de otros acuíferos próximos a la ciudad, cuyos pueblos que los contienen, paradójicamente, también carecen de agua.
Probablemente tú, que estás leyendo esta nota, seas de los afortunados que no le hace falta agua en su hogar. No obstante, conviene recordarte lo complejo que es para otros mexicanos tener al menos unos cuantos días algo de este líquido vital y te invitamos a no desperdiciarla y atender a alternativas para el ahorro de agua de lluvia. Hoy, más que nunca, es hora de que los mexicanos fluyamos por el futuro de nuestro elemento vital.
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/ Fotografía principal: Tumblr
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