Gracias a la literatura que ha nacido en Tepito podemos entender este barrio desde sus propios personajes e historias.
Tepito ha sido un barrio que ha dado mucho de qué hablar desde sus inicios en tiempos prehispánicos. Por formar parte de Tlatelolco, de algún modo aquí vivían los que habían sido arbitrariamente desplazados por los mexicas. Entonces desde el siglo XIV fue formándose una subcultura donde la marginación fue provocando la especial bravura de sus habitantes.
Sin embargo, no todo allí es tensión, y hay qué recalcar que de esta puede surgir incluso una sensibilidad muy especial. En este barrio han sido encubadas las más grandes figuras asociadas al boxeo en México, una manera, quizá, de encausar la violencia hacia la disciplina. También de este barrio han emergido figuras importantísimas del albur mexicano, que ha sido reconocido en los últimos años como un juego mental de valor cultural, con la destreza y humor involucrados.
Una arista menos conocida y por demás histórica ha salido de Tepito, su veta literaria cuyo auge se dio en los años 70. En esta década comenzaron a abrirse espacios culturales alternativos y la novela de Armando Ramírez Chin Chin El Teporocho se convirtió en un parteaguas que inspiró a generaciones futuras.
Armando Ramírez se tornó en un ícono pues, además de cronista y escritor, es también un ingenioso del albur, cuenta, así, con una cualidad cultural primordial del barrio. Gracias a él y a un grupo de amantes de la literatura surgió la publicación La Peña de Tepito.
Un recorrido por las publicaciones literarias de Tepito
Ademas de La Peña de Tepito, en los años 80 surgió, financiado por los propios habitantes, Periódico El Ñero, editado en por el Grupo Arte Acá, ahí escribieron Daniel Manrique, Armando Ramírez, Alfonso Hernández.
Desde el Zaguán fue también una revista muy icónica pues en los relatos los personajes fueron habitantes reales del barrio en forma de poemas y cuentos, y fue repartida de manera gratuita para los habitantes.
El grupo grupo cultural multidisciplinario El Sótano de Los Olvidados de Tepito A.C. ha sido muy importante y de él forman parte Eduardo Vázquez editor de la revista Tepito Crónico, también autor del libro El Lado Oscuro de Tepito Vol 1 y El Lado Oscuro de Tepito… su cultura.
Entre otras publicaciones están la revista La Peña Morelos, el Blog De todos los Tepitos posibles… Literatura y fotografía. La más reciente publicación es La Tranza que hoy sigue difundiendo la vida cotidiana de Tepito desde la literatura en forma de reportajes, crónicas, entrevistas. Estos trabajos, además, han dado pie a la publicación sobre la vida del barrio como es. Figuran asimismo Tepito cuentos del México Contemporáneo, Netamorfosis, cuentos de Tepito y otros barrios imarginados
Compartimos un fragmento del artículo En el Tepito de hoy y de ayer: el 13 de Bartolomé, la señora Silvia y otros personajes del blog literaturafotografiatepito.
Entre tanto, la voz de Julio Jaramillo, de Bienvenido Granda, de Pedro Vargas, de Toña la Negra, la música de la Sonora Santanera, de Los Xochimilcas (“¡Que se mueran los feos!”), se filtran, según se va recorriendo el patio, de entre las rendijas de las dañadas puertas de madera. Se puede adivinar que esas voces y melodías vienen desde las “zotehuelas”, desde los tapancos de las habitaciones en los que se ha equipado un taller familiar en el que, para pasar las largas horas de labor, se sintoniza, en el recién adquirido aparato radiofónico, la XEW, con Paco Malgesto y otros locutores de engolada voz.
Tepito en la literatura
Famosas novelas, como la internacionalmente conocida, Los hijos de Sánchez, de Oscar Lewis, ocurre en Tepito. También este barrio es el escenario de la novela La esquina de los ojos rojos de Rafael Ramírez Heredi.
Sin duda Tepito ha sido de algún modo uno de los rostros de México para el mundo, uno polémico y muy propio. Entrar a Tepito, lo sabemos, es transitar como por un mundo aparte, uno con sus propios códigos, los cuáles, quizá, entenderíamos menos de no ser por el trabajo literario que ahí se ha formado, presentándonos una manera de vivir al margen y de un modo propio de abordar el mundo desde antes de la conquista, incluso.
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