Lista presentada por el Fondo Mixto de Promoción Turística de la Ciudad de México.
Los kioscos son espacios especiales y extraños, son pequeños refugios en donde el acelerado ritmo de la ciudad, los mares de gente, el tráfico y el incesante ruido parecieran desaparecer por un momento. Su origen se remonta a la antigüedad árabe, al Imperio Otomano y a la India, donde eran usados como refugio del sol y la lluvia. Posteriormente, esta clase de construcciones habrían de llegar a Europa, donde la nobleza los utilizó como adornos y lugares de reposo, en medio de sus suntuosos jardines.
Su nombre, de origen turco, significa palacio o pórtico y hace referencia a su elegancia, como si éstos fuesen lugares de alguna manera privilegiados. Así, en la actualidad los kioscos funcionan como oasis dentro de apabullante vida de las ciudades, en cuyas plazas sobreviven como protagonistas hasta el día de hoy.
La vibrante Ciudad de México está llena de kioscos de diferentes clases y épocas, así como el resto de nuestro país. Pareciera que la plaza de una ciudad o pueblo no puede estar completa sin su kiosco, pues, aún hoy, sirven como refugios para el clima, centros de reunión, escenarios para espectáculos y lugares de encuentro o recreación.
Hemos seleccionado seis kioscos de la capital que se distinguen por su belleza y su historia:
Kiosco morisco de Santa María la Ribera. Emblema de este legendario barrio desde hace más de cien años, estuvo antes en la Alameda Central, en lugar del Hemiciclo a Juárez. Es obra de José Ramón Ibarrola, que lo construyó a finales del siglo XIX; fundido en Pittsburg, funcionó como el pabellón de México en la Exposición Universal de 1884.
Kiosco de Coyoacán, en el Jardín Hidalgo. Este hermosos kiosco fue traído de París y donado por el presidente Porfirio Díaz en 1900 para conmemorar el centenario de la Independencia de México. Se distingue por los 16 vitrales que adornan su techo y el águila republicana hecha de bronce en su cúspide.
Kiosco del Centro Histórico de Tlalpan. Este kiosco es en realidad una réplica del original, que se encontraba en el centro de Tlalpan desde que esta zona era un pueblo aparte de la Ciudad de México. La construcción de esta plaza y su kiosco comenzó en 1872.
Kiosco de la Alameda Central. Rodeada de lujosas esculturas y fuentes, a espaldas del Hemiciclo a Juárez, esta construcción octagonal fue realizada a principios del siglo XX cuando el kiosco morisco fue trasladado a Santa María la Ribera. Aún hoy es utilizado por músicos, cantantes y oradores como un escenario perfecto, en el centro de uno de los parques más emblemáticos de la ciudad.
Kiosco del pueblo en el Bosque de Chapultepec. Esta construcción tiene una base de cantera, con ocho caras y ocho columnas metálicas; está cubierta por un techo de madera. Ubicado en el corazón del Bosque de Chapultepec, este kiosco fue construido durante el mandato de Porfirio Díaz, a principios del siglo XX.
Kiosco del Jardín de Santiago, Tlatelolco. Esta construcción, que tiene la función de un kiosco, es en realidad un bellísimo monóptero hecho de piedra que parece, más bien, un majestuoso y antigüo templo dórico. Se encuentra dentro del Jardín de Santiago, realizado por el renombrado arquitecto Mario Panni a finales de los setentas.
Twitter de la autora: @imissmaria
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