Históricamente Pancho Villa ha sido reconocido como un insurgente, fugitivo, justiciero y favorecedor de los más débiles.
Tengo el deber de informarle que Pancho Villa se encuentra en todas partes y en ninguna a la vez. – Pancho Villa.
Son muchos los lugares por los que se paseó José Doroteo Arango Arámbula, alías Pancho Villa, en su visita a la Ciudad de México. Desde la hermosa Alameda Central, hasta la avenida Paseo de la Reforma –en su mítica toma de la capital junto a Emiliano Zapata y sus respectivas tropas– y desde el Castillo de Chapultepec hasta su actual monolito de descanso eterno, el Monumento a la Revolución.
Conocido por su valentía, su cinismo, su empatía para con los más vulnerables, su espíritu de justiciero, de ladrón de ganados y de prófugo de la ley, este revolucionario mexicano dejó en claro a su pueblo que, por lo que uno siempre debe luchar hasta el cansancio, es por la libertad y los derechos, pelea que no ha de ganarse sino por medio de la educación: “nadie hace bien lo que no sabe; por consiguiente nunca se hará República con gente ignorante, sea cual fuere el plan que se adopte”, pronunció. Paradójico (y loable) fue esto, pues Villa no tuvo oportunidad de ir a la escuela, y sin embargo llegó a construir hasta 50 colegios públicos.
De Villa extraordinarios datos se conocen, pero poco se sabe de aquellos lugares que hasta el día de hoy aguardan la estrepitosa leyenda de cuando el Centauro del Norte pisó sus terrenos. A continuación de mencionamos 4 de estos lugares por los que seguramente tú también has pasado alguna vez.
Bar La Ópera
Se sabe bien que Pancho Villa era enemigo del alcohol, que incluso llego a quemar cantinas y que castigaba a sus insurgentes que veía alcoholizados. Para él el alcohol era causa de muchos de los problemas del país. Sin embargo, existe una famosa leyenda que narra la mítica visita de Villa en 1914 al Bar La Opera, una cantidad de alto prestigio en aquellos años. Sobre el estilizado techo Art Nouveau de este recinto yace todavía el balazo que supuestamente disparó el Centauro del Norte.
Sanborns de Los Azulejos
En 1916, fue en este Sanborns, conocido como la Casa de Los Azulejos, donde habría de inmortalizarse el encuentro de Pancho Villa y Emiliano Zapata. Se cuenta que ambos insurgentes bebieron chocolate caliente y pan dulce en el antiguo establecimiento de la calle Madero.
Hotel Imperial
El hotel Palacio (hoy hotel Imperial) es una de las pocas muestras estilo Beaux Arts que quedan en la capital. Se trata de un bello recinto que para la época revolucionaria se lucía como uno de los mejores de la Ciudad de México. él enEn aquél entonces, Villa frecuentaba las oficinas de la División del Norte que se encontraban en la colonia Juárez, en Liverpool 76, a tan solo unas calles del hotel. De ahí que el insurgente se fuera caminando hasta el hotel para disfrutar de su delicioso restaurante.
Tienda de sombreros Tardán
Sombreros Tardán es una tienda tan antigua como la Revolución Mexicana. Aquí venían a comprar sus sombreros personajes como Zapata y Villa, en algunas de sus visitas a la capital mexicana. Esta tienda era una de las mejores de la época (y muchos dicen que hasta la fecha) donde todo buen mozo del siglo XX podía ir a buscarse un buen sombrero a su estilo.
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