Desde 1793, el arquitecto español Manuel Tolsá fue el responsable de la construcción de la Catedral Metropolitana.
No cabe duda de que la Catedral Metropolitana es uno de los vestigios virreinales más emblemáticos de la Ciudad de México. Se ubica en el corazón de la ciudad, junto a la plaza más importante de la urbe y en lo que alguna vez fungió como el Templo Mayor de los aztecas.
La construcción data de 1573, fue erigida alrededor de una iglesia que se levantó poco tiempo después de la Conquista. Los planos originales corrieron a cargo del arquitecto español Claudio de Arciniega, quien encontró inspiración en las catedrales de su país. Lo cierto es, que varios arquitectos participaron en la construcción de la icónica Catedral Metropolitana, la cual vio su culminación hasta 1813.
Manuel Tolsá fue uno de los arquitectos que más contribuyó al proyecto. Cuando el arquitecto veracruzano Damián Ortiz de Castro fallece, el cargo pasa hacia Tolsá, quien apenas llevaba tres años en México.
Las torres, el tambor de la cúpula y otros detalles interiores ya se encontraban bien estructurados. Pero la llegada de Manuel Tolsá le añadió a dicha estructura aspectos mucho más elegantes. Si bien se le entregó el proyecto bastante avanzado y casi por terminar, Manuel Tolsá supo rematar acertadamente la edificación.
El valenciano se percató de circunstancias relevantes, como elementos que tenían que ver con la simetría, la diversidad de estilos y el peso de algunas estructuras. Fue así, como propuso el protagonismo de la entrada. Modificó la altura de las torres, para otorgarle un aspecto más coherente a la fachada principal. Su visión proporcionada se refleja en la sofisticación de los detalles barrocos.
Hay que tomar en cuenta, que la obra llevaba 200 años de existencia. Había que darle un tono acompasado al proyecto, que derramaba estilos de docenas de arquitectos. Manuel Tolsá respeta la estructura original, pero la interviene de manera puntual para dar como resultado la catedral que conocemos hoy.
Una de sus más increíbles aportaciones es la cúpula. Por la decisión de elevar el reloj, la cúpula original quedaba un poco escondida. Había que darle mayor protagonismo. Piedras y ventanas adornan la cúpula magnífica actual, que desde lejos, cualquier capitalino reconoce.
Manuel Tolsá fue quien llegó a resumir en una maravillosa catedral, el trabajo de cientos de personas involucradas a lo largo de las décadas. Hoy por hoy, la Catedral Metropolitana, gracias al arquitecto valenciano, es uno de los emblemas que más orgullo, historia y tradición traen a la vida citadina.
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