El “desarrollo” de edificios debe ir de la mano espacios verdes; conoce por qué la Ciudad de México debe construir más parques que edificios.
Por intuición, todos sabemos que la naturaleza nos hace mucho bien. Los humanos somos también naturaleza, aún cuando pareciera que nos hemos empecinado en negar nuestra absoluta dependencia a ella.
Más allá de esta intuición, en los últimos años nos ha sorprendido el resultado de estudios que apuntan, por ejemplo, a que el solo hecho de ver una fotografía de la naturaleza incrementa nuestros niveles de serotonina, asociada a la alegría y el bienestar.
También, el solo hecho de tener una vista “verde” en tu oficina de trabajo, te hace más eficiente y contento. ¿Cómo es entonces que las ciudades no tienen más y más espacios verdes?
Los ciudadanos, sobre todo, debemos comenzar a entender el valor de las áreas verdes en la calidad de vida, no solo física, también anímica, para exigirlas. En la Ciudad de México, hasta el año pasado el 62% de la población vivía con un rango menor a 9m2 de espacios verdes (la OMS recomienda como mínimo 11m2).
Los motivos por los que construir espacios verdes es mejor que hacer únicamente edificios conllevan portentísimos resultados que van desde lo económico, lo social y la salud pública.
Te compartimos algunos argumentos del investigador en la materia, Paul M. Sherer:
Parque Lincoln en Polanco
Beneficios para la salud pública
Está comprobado que el acceso a parques públicos icrementa significativamente la actividad física de los habitantes (hasta un 48%). Impacta en los niveles de obesidad. En México la Secretaría de Salud destina hasta el 40% de su presupuesto en enfermedades relacionadas a esta condición.
La actividad física es imprescindible para la salud. Previene una muerte prematura, disminuye los niveles de obesidad, mejora el sistema cardiovascular, el endócrino y el respiratorio.
El contacto con la naturaleza hace más sanas a las personas. Un estudio en Holanda comprobó que las personas que viven cerca de espacios verdes tienen mejor salud mental e incluso mejor desempeño escolar. 
Beneficios económicos
Los espacios verdes incrementan el valor de las propiedades, incluso de las que se encuentran en zonas paupérrimas. Este valor ha llegado a ser más alto hasta en 32% en comparación con lugares sin áreas verdes.
Incrementa la actividad económica en la zona
Las áreas verdes, por ser centros de convivencia, generan una derrama económica con el florecimiento de establecimientos comerciales en los alrededores. El caso de Bryant Park en Nueva York es soprendente. Al reactivar el cuidado del parque, la actividad comercial y cultural en la zona se incrementó hasta 66%.
Promueven el turismo
Al generar identidad propia en las zonas, los espacios verdes se convierten en depósitos de turismo, tanto de la misma ciudad como de otros lugares del país o del mundo.
Beneficios ambientales
Los espacios verdes mejoran la calidad del aire, proveen oxígeno, disminuyen la erosión del suelo y contribuyen a la captación de agua.
Beneficios sociales
Se genera comunidad
La certeza de que se tiene un espacio agradable de naturaleza pública, hace que los habitantes de la zona se sientan parte de un lugar, y se forman lazos sociales donde los habitantes se perciben “conectados” con los otros, de algún modo, por este hecho.
Disminuyen los niveles de criminalidad
En Florida, luego de un programa de recreación que incluía la activación de espacios verdes en 1991, se observó un decremento de 28% en arrestos juveniles en la zona.
Los argumentos técnicos, así, nos sobran, aunque también existe el ingrediente estético, que tiene su imprescindible lugar en el mundo de motivos sobre porqué construir más parques que edificios en la Ciudad de México nos haría demasiado bien.
Imágenes:1) Ralf Peter Reimann – Flickr / Creative Commons; 2) redgannet2010; 3) cdmxtravel.com; 4) news.urban360.com.mx; 5) 5) imagenesaereasdemexico.com
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