Se sabe gracias a datos del INEGI que los bosques son uno de los dos ecosistemas que mayor territorio abarca en México. Tan solo la zona forestal más amplia de la Ciudad de México –que se encuentra colindando con las áreas verdes de Cuernavaca y Toluca– representa casi un 2% de la biodiversidad mundial, según estudios de Greenpeace.
Los bosques son importantes reguladores de aire y además disminuyen el impacto del cambio climático. México es afortunado al poseer cerca de un 20% de áreas que destinan sus paisajes precisamente a bosques. Existen muchas clases de bosques mexicanos. Los hay de coníferas, de encinos, tropicales, espinosos y mesófilos de montaña.
La Ciudad de México acoge bosques de todo tipo, pero especialmente los de pino, encino y/o una mezcla de ambos. De igual forma musgos, líquenes, hongos y un puñado de arbustos le conforman, en una interesante apología a la sustentabilidad. Quienes se declaran amantes de los bosques sabrán que los árboles son el mejor ejemplo de sustentabilidad que existe, ya que si bien es cierto, tanto las hojas secas, como las ramas, los frutos y los animales muertos que produce sirven de sustrato esencial para que la tierra vuelva a germinar árboles frondosos.
Además, en la CDMX se encuentran algunos de los bosques nublados, conocidos principalmente por su asombrosa capacidad de retener agua, permitiendo que la producida por la lluvia llegue hasta los subsuelos donde es posible la germinación de acuíferos que, a la postre, se convertirán en ríos y lagos.
Pero los bosques no solo esperan ahí, esperando a ser admirados. Según el INEGI, es a partir de ecosistemas como ellos que podemos entender el porqué de las características humanas de nuestro país; nuestro temperamento y costumbres, y probablemente también nuestras emociones.
Es bien sabido que los bosques ayudan a reducir la contaminación atmosférica y la colisión que ésta conlleva para la salud. De ahí que, entre otras cosas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda tener una extensión de 9 a 12 m2 de áreas verdes por habitante en lo que se considera centros urbanos, de esta manera se garantiza una buena calidad de vida para los habitantes. Un último punto interesante sobre los beneficios de rodearnos de bosques es la reducción total o parcial de la contaminación sonora. En un planeta donde el silencio es casi un lujo, su existencia es bastante cara, por ello es que es importante considerar sitios tan silenciosos como los bosques, ya que inhiben este tipo de contaminación a través de la absorción y la refracción, además de que le reemplaza por su silencio, paradójicamente un sonido todavía más deleitoso.
Vivir en una ciudad de bosque es ciertamente un privilegio. Por eso aquí te enumeramos la lista de los bosques que habitan la Ciudad de México, un recordatorio a esos lugares que están para que los conservemos y aprendamos de ellos:
Cumbres del Ajusco
Desierto de los Leones
Bosque de Milpa Alta
Parque Ejidal San Nicolás Totolapan
Bosque de Tlalpan
Bosque de Tláhuac
Parque ecológico Los Dinamos
La Marquesa
Bosque de Nativitas
Bosque de Chapultepec
Sierra de Guadalupe
*Fotografía principal: Olli Henze – Flickr / Creative Commons
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