“Sólo recibiendo de la arquitectura emociones verdaderas, el hombre puede volver a considerarla como un arte.“
En 1957 se construyó Ciudad Satélite, una ciudad fuera de la ciudad. Un centro urbano alejado de la gran capital conectado únicamente a través de autopistas, que representaba la llegada de la modernización y buscaba resolver problemas de urbanización y crecimiento poblacional desmedido.
Esta idea surgió gracias al arquitecto mexicano Mario Pani. La ciudad se concibió bajo influencias de Herman Herrey, arquitecto y urbanista austriaco, creador del sistema vial circulatorio en el que había grandes manzanas y circuitos enfocados en el desplazamiento en automóvil. Un nuevo estilo de vida en las afueras de la ciudad, similar a los suburbios estadounidenses, cuyo objetivo era dar la idea de progreso en el país.
Una escultura se volvió el emblema de la nueva nueva ciudad. Su diseño unía, la arquitectura de Luis Barragán, la escultura de Mathias Goeritz y la pintura de Jesús Reyes Ferreira. Cinco elementos verticales de concreto, que con su son lo primero que se ve en la entrada a Satélite y representaban simbólicamente a la época moderna.
La arquitectura emocional que se usó para su diseño, representativa tanto de Goeritz como de Barragán sugiere una combinación entre la estructura y la escultura. A través de su proporción, textura y geometría se genera un juego de perspectivas entre planos y volumetrías. Además, sus colores resaltan con el contexto buscando apelar a las emociones del receptor y la solidez y dimensiones de sus elementos logran imponerse creando un sentido de pertenencia, seguridad y orgullo.
Actualmente, la masiva expansión de la urbe rodeó y difuminó la idea de Ciudad Satélite. Aún así, las emblemáticas Torres de Satélite siguen de pie sobresaliendo en el horizonte y marcando el inicio de lo que alguna vez fue su territorio. Más allá de un símbolo representativo de una ciudad, es una fusión de la arquitectura con el contexto. Una escultura urbana que representa el progreso de una época con importantes cambios sociales y culturales.
Foto 1 portada, foto 3, 4 y 5: archdaily
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