Sin duda, se trata de una de las zonas citadinas con más sincretismos culturales.
Pese a que como delegación solamente tiene poco más de tres décadas, la zona que hoy conocemos como Miguel Hidalgo data de épocas prehispánicas, de cuando Chapultepec, Tacuba y Tacubaya eran los asentamientos que componían este ecléctico paraje.
Es sabido que Chapultepec, “el cerro del chapulín”, era un lugar frecuentado por los poetas y los señores mexicas. Se trataba de un sitio casi místico, que se consideraba “la esmeralda del Anáhuac”, zona donde se asentaron los tenochas, junto con los pueblos de Texcococ y Tlacopan (hoy Tacuba). Moctezuma Ilhuicamina mandó erigir un acueducto en Chapultepec, para que el agua de los manantiales de la zona llegara hasta la gran Tenochtitlán.
De igual forma, se construyeron diversos estanques para criar distintos peces. También se plantaron árboles, como los ahuehuetes de Nezahualcóyotl que hasta la fecha perduran en los alrededores del majestuoso bosque.
Una vez consumada la Conquista, los españoles comenzaron a poblar los distintos barrios aledaños a Tenochtitlán. Hernán Cortés fue el encargado de repartir tierras fértiles en la Nueva España, y Tacuba fue una de ellas. No cabe duda de que el periodo colonial fue uno de los más relevantes en cuanto a la urbanización de la zona se refiere.
Por lo que hoy se conoce como la Calzada México-Tacuba, se transportaba maíz, frutos y trigo. Esta zona de la ciudad destacaba por su actividad agrícola. Asimismo, se recuerda a Tacuba por ser uno de los primeros sitios donde se llevó a cabo la catequización. Entrado el siglo XVI, los frailes franciscanos construyeron templos y conventos para cristianizar a los habitantes indígenas de la comarca.
Cabe mencionar, que Cortés consideró establecerse en Tacuba, pero por las constantes inundaciones que afectaban al pueblo, optó por llevar su gobierno a Coyoacán.
Durante las inminentes batallas de la Independencia de México, se enfrentaron varias tropas en la zona que constituye Tacubaya. En 1859, por ejemplo, los liberales de Santos Degollado y los conservadores de Leonardo Márquez disputaron en este lugar. Tras el triunfo de las tropas conservadoras, Márquez fue apodado como “El Tigre de Tacubaya”.
Para 1875, se inauguró el emblemático Panteón de Dolores. Y durante los primeros años del mandato de Porfirio Díaz, familias acaudaladas construyeron ostentosas fincas en Tacubaya. La zona resultaba bastante atractiva por su buen clima, la gran calidad del agua y los huertos que la rodeaban. Entrado el siglo XX, Tacubaya ya contaba con alrededor de 20,000 habitantes.
En la década de los años 30, llegan los ferrocarriles y los tranvías a las zonas de Tacuba, Tacubaya y Chapultepec.
La Ley Orgánica del Distrito Federal que se publicó en el Diario Oficial de la Federación en 1970, decía que la entidad de la Ciudad de México quedaba dividida en 16 delegaciones, entre ellas la Miguel Hidalgo.
Lo cierto es, que esta delegación es uno de los territorios con más historia de la ciudad, al punto de ser comparado como el otro corazón de la CDMX, después del Centro Histórico. Se trata de un lugar donde converge un gigantesco bosque, un castillo colonial y calles modernas; un fantástico sitio para recorrer los hitos más relevantes de la identidad citadina.
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