Este lugar centraliza actividades políticas y sociales en un mismo espacio público.
El Palacio de Justicia, diseñado por los arquitectos Juan Sordo Madaleno (Ciudad de México 1916, Ciudad de México 1985) y José Adolfo Wiechers (Ciudad de México 1932), sin duda, es uno de los edificios más importantes del movimiento moderno en México. Cumpliendo con los elementos más representativos del estilo internacional, este inmueble es una respuesta a cuestiones políticas y sociales en la Ciudad de México. A partir de una elegante composición y una imagen atemporal, el complejo adquiere importancia en el paisaje urbano y además, funciona como el emblema y centro de justicia de la capital.
Juan Sordo Madaleno es uno de los arquitectos de mayor importancia en el siglo XX en México. Desde un inicio desarrolló diferentes proyectos a lo largo del territorio nacional, por eso es considerado uno de los arquitectos mexicanos con mayor relación al ‘’Estilo Internacional’’ y por lo tanto al ‘’Movimiento Moderno’’.
Juan implementó conceptos y elementos de la teoría del renombrado arquitecto alemán Mies Van der Rohe y gracias a esto logró solucionar proyectos que dan respuesta a problemáticas locales.
Imagen: https://www.sordomadaleno.com/gsm/es/about-history/
En 1964 el proyecto para el Palacio de Justicia de la Ciudad de México llegó a su conclusión. El recinto se ubicó en la Colonia Doctores (Niños Héroes 132) y albergó no sólo al Tribunal de la capital mexicana, sino a los juzgados civiles y menores y a distintas dependencias de todos estos organismos.
Este complejo está formado por dos elementos principales: el primero, el Tribunal de Justicia, conformado por un volumen ortogonal de cuatro niveles, en el que se distribuyen todos los espacios a partir de un patio central que está techado por elementos traslúcidos que permiten el paso de luz natural.
En el exterior, el edificio cuenta con un pórtico que está delimitado por la estructura del mismo. Esto genera un ritmo armónico de columnas, cuya base aumenta gradualmente conforme a la altura. La fachada está formada por un innovador sistema de cristalería que de piso a techo está armada por medio de módulos de cancillería inclinados, que permiten mayor iluminación y ventilación natural en los espacios interiores.
Imágenes: Guillermo Zamora
El segundo elemento principal del complejo está formado por dos torres de trece niveles, las cuales contienen a los juzgados civiles y menores. Estos cuerpos ortogonales se desplantan a partir de un basamento común que conecta a los dos edificios en sus respectivas plantas bajas. Además, existen tres puentes que unen los dos cuerpos simétricos, estos están ubicados en los niveles tres, seis y nueve respectivamente.
Imágenes: Guillermo Zamora
Dichos elementos principales (Tribunal de Justicia y Juzgados) se relacionan por medio de áreas públicas; plazas y circulaciones que unifican los espacios y le dan sentido al complejo. Recientemente este lugar ha sufrido modificaciones que han limitado las capacidades del proyecto, sin embargo, aún se puede apreciar la calidad espacial así como un discurso arquitectónico claro y contundente.
El proyecto para el Palacio de Justicia logra reflejar una conciencia colectiva de lo que son este tipo de espacios para la sociedad. Genera una imagen monumental moderna, la cual transmite la idea de lo institucional, a partir de un conjunto de elementos formales y una geometría estricta y clara. Conceptualmente hablando, este complejo se puede relacionar con lo que antiguamente era el ágora en la Hélade clásica, centralizando actividades políticas y sociales en un mismo espacio público.
Referencias:
Miquel Adrià, Andrea Griborio, Alejandro Hernández Gálvez, Juan José Kochen.
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