Debido a la gentrificación de La Merced, diversos artistas hicieron un mural que habla del orgullo del barrio.
La fundación del barrio de La Merced data entre 1312 y 1318. Durante la época colonial, la plaza mayor del Centro Histórico fungía como la explanada principal del incipiente comercio de la ciudad. Pronto abundaron en el lugar distintos puestos de comida, lo cual originó fuertes olores cerca de lo que fue el Palacio Virreinal.
Por este motivo, los comerciantes tuvieron que desalojar la zona y moverse al terreno donde por años había estado el Templo de los Mercerdarios. Con el nuevo mercado, La Merced comenzó a cobrar relevancia en la ciudad, y hasta la fecha, este barrio es el epicentro de la compra-venta en la capital.
Se trata de un sitio histórico, tradicional y extraordinario en la urbe, que actualmente se encuentra pasando por un cambio debido a la gentrificación. Los habitantes del lugar se enfrentan a la exclusión social y a la desposesión de fuentes de empleo. Lo cierto es, que la gentrificación solamente está beneficiando a los grandes inversionistas.
Por este motivo nace Wall Dialogue, una iniciativa de Neurotitan Schwarzenberg y el Centro Cultural ATEA que busca reunir, de la mano del Instituto Goethe, la Fundación ORB, ISITIA y Pintucom, a diversos artistas visuales en el barrio de La Merced para dar cabida a un proceso de retroalimentación que encuentra su inspiración en el arte, específicamente el muralismo.
Artistas de países como Inglaterra, Francia, Alemania y México se dieron cita el mes pasado en la sede de ATEA, en el Centro Histórico de la ciudad para plasmar una serie de murales que buscaran contribuir al discurso de orgullo e identidad de los habitantes de los barrios aledaños.
Sin duda uno de los murales que más destacó fue el titulado “Mi Barrio: La Merced”, una obra que fue responsabilidad del artista Said Dokins y el colectivo de Oaxaca Lapiztola. Se trata de un increíble mural que muestra el rostro de una niña, que trae puesto un vestido tradicional oaxaqueño. Este elemento alude a los comerciantes de La Merced, ya que casi todos son provenientes de ese estado sureño del país.
Con hermosa caligrafía, el mural dice “Del Barrio”, y también se plasman las letras de un poema titulado “Mi Merced”, que fue escrito por Natalia Saucedo a los 12 años, y que ha sido una persona que ha vivido desde siempre en el barrio.
Vivimos en una ciudad donde el arte, además de sus cualidades estéticas, funge como motor de cambio, y se encarga de denunciar la realidad social de la urbe, en este caso, del barrio de La Merced. De cierta manera, este fantástico mural enaltece la cultura del lugar, que desde hace décadas se ha posicionado como el punto de comercio más importante de la capital. El mural será un recordatorio, que invitará a los responsables de la gentrificación a respetar y coexistir en armonía con cada poblador de La Merced.
Fuente e imágenes: The City Loves You.
Leave a Reply