El lugar donde hoy se erige este emblemático edificio ha sido testigo de diversos hitos históricos de la capital.
Tras la caída de Tenochtitlán, el cambio infraestructural de la entonces Nueva España era inminente. No pasaron muchos años antes de que los españoles comenzaran a levantar toda clase de edificios alrededor de la capital, desde parroquias hasta palacios. Es por este motivo, que la CDMX aún cuenta con este tipo de fachadas, sobre todo, en el Centro Histórico.
Sin duda el corazón de la ciudad debía ser el primero en trasformar su aspecto estético. Varias construcciones comenzaron a levantarse, entre las cuales destacan ostentosas residencias de familias acaudaladas y hombres con cargos que respondían a la Corona.
En el barrio de La Merced, una casona que hoy funge como centro cultural resalta entre sus vecinos. Se trata de la Casa Talavera, un edificio al estilo barroco, que fue mandado construir por el Marqués de Aguayo. Este hombre, expulsó de Texas a los franceses, lo cual coadyuvó al pronto dominio español durante el siglo XVIII. Gracias a este acontecimiento, Aguayo fue acreedor a varios inmuebles.
Uno de ellos fue esta casona, que por cierto, encuentra su antecedente en un basamento mexica hecho a base de adobe. Era, realmente, una pirámide, donde los aztecas depositaban toda clase de ofrendas.
Para la etapa virreinal, la construcción de la casa respetó, en la medida de lo posible, el trazo original. Mantuvo lo que podía definirse como el patio. Actualmente, esta área del edificio cuenta con pozos, que solían utilizarse cotidianamente para suministrar de agua a los habitantes del hogar.
El piso de arriba todavía mantiene las habitaciones. Y es que después de haber sido la casa del marqués, el lugar fue sede de distintos comercios. Primero, fue una fábrica curtidora de piel, más tarde de loza y después fue una clase de albergue para mujeres. También fue escuela e inclusive bodega. Para 1930, la Casa Talavera se reconoció como monumento histórico.
Pero a partir de la década de los 80, se decidió que la casa sería museo. Se trata de un recinto que cuenta con un acervo increíble de utensilios que datan de la época virreinal. Vajillas, navajas y hasta accesorios de limpieza aún prevalecen entre las paredes de lo que solía ser la casa de alguien. De igual manera se exponen figuras de barro, muebles, tinas y escupideros.
Pero ahora, el edificio se llama Centro Cultural Casa Talavera, y pertenece a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Aquí, se organizan talleres, conferencias, exposiciones, cursos de danza, instalaciones videográficas, clases de artesanías y más. Sin duda es uno de los centros culturales más interesantes y poco conocidos de la ciudad. Vale la pena visitarlo para además de empaparse de arte y cultural, también descubrir un edificio lleno de historia.
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