Al generar información sobre la inoperancia colectiva, ayudamos también a crear cultura: bájate la App de los Súpercívicos.
Cada día, todos, encontramos dificultades en la convivencia en una ciudad tan grande como la Ciudad de México, así como disfrutamos de sus virtudes. En México, un país donde aún hace falta recorrer un enorme camino para erradicar la corrupción, urge reconocer el rol que jugamos los ciudadanos comunes en este uróboros que parece interminable.
Sí, hay demasiada corrupción en el gobierno, y un gran paso elemental es erradicarla en este rubro, ya que, además, ellos generan cultura por su grado de influencia, son educadores, o deseducadores. Pero también, los ciudadanos comunes abonamos, o no, a una cultura de justicia o injusticia social desde nuestras decisiones cotidianas.
¿De qué manera sumamos al racismo, inoperancia, a la corrupción, desorganización, condescencia? Esa respuesta únicamente la sabe cada uno. Y en este juego social en el que todos cabemos, todos podemos, también, hacer una diferencia luminosa o empeorar las cosas. Con ello en mente, hace unos años nació el proyecto de los Súpercívicos, en el que tanto el Comandante Hernández, como el Brigadier Esewey, recorren la ciudad, encaran y exhiben “las faltas de valor, sentido humano y educación cívica que tienen los ciudadanos de la Ciudad de México, utilizando el humor como herramienta”.
Desde automovilistas irresponsables, peatones que no respetan los lugares de cruce, autoridades (y ciudadanos) prepotentes, una cultura vial deprorable, vertederos de basura en lugares ilegímos, etc., Sobre todo en su canal de YouTube, nos han traído imágenes, algunas que dan risa, pero que casi en en mismo nivel, avergüenzan.
Recientemente este grupo también creó su app, en la que, por medio de videos, podemos publicar algún fenómeno ligado a estos actos que no permiten una convivencia armónica. Cada día, en sus redes sociales reciben cientos de demandas, sin embargo, con esta app, se clasifican los temas, y así se convierta en un banco de informacion que le sea útil tanto a las autoridades, organizaciones sociales, como la academia.
El objetivo es que nos convirtamos en reporteros ciudadanos que reportan todo lo que no funciona en la urbe, como víctimas, pero también como victimarios. Este flujo de información puede hacer que tomemos responsabilidad cuando nos encontramos en cualquiera de los dos bandos. Después de todo, y desde luego, la cultura la formamos todos, cada día, todos los días.
Puedes conseguirla para Mac, acá, y para Android, aquí.
Imágenes/elinsurgente.mx
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