La CDMX ahora prohíbe el desperdicio alimentos decretando dos leyes que sancionarán a quien desperdicie comida.
El siglo XXI atrajo cambios y polaridades en la economía de las grandes urbes. Uno de los problemas que más ha golpeado a nuestro país es la dificultad de grupos vulnerables a acceder a una buena alimentación. En la Ciudad de México –dada su gran actividad económica– se desperdician toneladas de comida. Por lo que la creación de leyes para sancionar a quienes tiren o desperdicien comida, era uno de los grandes retos de la capital.
Mediante el decreto y firma de la Ley de Donación Altruista de Alimentos y la Ley de Huertos Urbanos, el gobierno de la CDMX intenta darle impulso al reto de afrontar la grave problemática que genera el hambre en los grupos capitalinos de extrema pobreza. Dichas leyes se encargarán de promover, orientar y regular la donación de alimentos que beneficien a personas de escasos recursos. La encargada de coordinar la política de esta ley, según el artículo 7 de la misma, será la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESO) de la CDMX.
La seguridad alimentaria es uno de los retos que la México y todos los países del mundo han acordado impulsar para el año 2030, tiempo en el que se espera que ninguna persona padezca hambre. De acuerdo con datos de la SEDESO la Ciudad de México enfrenta un grave problema de desnutrición que afecta a unas 40 mil familias.
Para hacer más entendible esta menta, la capital construirá un comedor comunitario en la Central de Abastos en Iztapalapa donde se repartirá 1,800 raciones diarias de comida a personas quienes lo necesiten. También se intenta impulsar la creación de un banco de alimentos que estimule a las instituciones y a las personas a que donen comida en buen estado.
La ayuda a migrantes también fue considerada. En las terminales de autobuses y en el aeropuerto de la ciudad se contara con el auxilio de personal de la secretaria de desarrollo social los cuales se encargaran de conocer sus necesidades y proporcionarles alimentación y canalizarlos a las dependencias correspondientes.
El representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Fernando Soto Baquero, comentó que la mejor opción para reducir el desperdicio de alimentos es la donación de comida en buen estado. La FAO, incluso, reveló cifras del año 2015, que advierten que en México se tiraron cerca de 10 millones de toneladas de comida.
También como parte de estas iniciativas se firmó el decreto para impulsar el desarrollo y mantenimiento de huertos urbanos. Mediante el proyecto “espiga”, se pretende crear el huerto más grande de América Latina con una extensión de 24 mil metros cuadrados que estará ubicado en la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca, y 11 huertos más ubicados en diferentes puntos de la urbe. La creación de significativos huertos urbanos intentará que cada vez más familias se acostumbren a cosechar su propio alimento, a fin de cuentas, ¿no es mucho más saludable, económico y delicioso?
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