juegos olimpicos

Los vestigios arquitectónicos que nos dejó México ‘68

Algunos sitios alrededor de la ciudad que evocan memorias olímpicas…

 

1968. Por primera vez un país de Latinoamérica había sido seleccionado para fungir como sede de los afamados Juegos Olímpicos. Pese a los augurios de que Estados Unidos y Francia eran los favoritos para ser anfitriones del magno evento, y aunque se hablaba de un problema con el presupuesto, México llevó a cabo unas Olimpiadas sin precedentes.

Cómo olvidar el icónico logo de Lance Wyman, que hasta la fecha se mantiene vívido en la mente de todos los mexicanos fanáticos de los juegos. Sin duda este evento marcó un parteaguas para la historia del deporte en nuestro país, pero también conviene remembrar este importante hito como uno muy relevante en cuanto a infraestructura y arquitectura urbana se refiere…

Todos aquellos capitalinos que fueron testigos de los juegos podrán dar fe de que la ciudad se sometió a un importante cambio arquitectónico, pues hubo que comenzar a construir varios espacios que dieran cabida a las distintas disciplinas que constituían las Olimpiadas. Y aunque estos lugares se crearon ex profeso para los Juegos Olímpicos, aún se mantienen incólumes y siguen funcionando como centros deportivos para el goce de cualquier citadino. Aquí un recorrido por el legado que dejó México ’68.

 

Alberca y Gimnasio Olímpico
juegos olimpicos

Al sur de la ciudad, en División del Norte, se erigió un complejo con una alberca y un gimnasio, ambos dignos de unos Juegos Olímpicos. La Alberca Olímpica Francisco Márquez corrió a cargo de los arquitectos Edmundo Bringas, Antonio Recamier y Manuel Rosen, y naturalmente, fue el recinto que albergó las competencias acuáticas. Por su parte, el Gimnasio Olímpico Juan de la Barrera sobresalió por haber sido construido en tiempo récord, además de haber contado con tecnología avanzada apta para deportistas.

 

Sala de Armas
armas

Su nombre hace alusión a la esgrima, deporte que inspiró la creación de este lugar. Cabe mencionar, que fue la Secretaría de Obras Públicas la instancia que comisionó el recinto, el cual se inauguró en septiembre de 1968. Las instalaciones logran alojar alrededor de 3500 personas. Actualmente, ya no persigue una vocación deportista, sino musical. No obstante, sigue siendo conocida como la “Sala de Armas” por los capitalinos.

 

Palacio de los Deportes
juegos olimpicos

Sin duda una de las obras más plausibles de México ’68. El proyecto fue concebido por Félix Candela, Enrique Castañeda y Antonio Peyri, para que funcionara como un espacio donde se llevaran a cabo partidos de basquetbol. La emblemática planta circular se estructura con una cúpula geodésica, que encontró su inspiración en el Palacio de los Deportes de Roma. Destaca por el uso de cobre y los paraboloides hiperbólicos, muy propios del estilo de Candela. Cabe mencionar, que el lugar tuvo que someterse a pruebas telúricas, que cumplió ante el Comité Olímpico Internacional.

 

Villa Olímpica
juegos olimpicos

Comenzó a construirse en 1967, con motivo de alojar a todos los atletas, periodistas y oficiales de equipo internacionales que visitarían nuestro país. El proyecto debía yuxtaponer en una construcción el concepto de una Villa Olímpica y un Conjunto Habitacional. Y Manuel González, Carlos Ortega, Agustín Hernández y Ramón Torres lograron aquel cometido ordenado por la Secretaría de Obras Públicas.

 

Velódromo
juegos olimpicos

El diseño de este lugar se le encargó a Herbert Shuman, quien ya contaba con un excelente acervo de diseños de velódromos que se habían construido alrededor del mundo. Varios ingenieros y arquitectos mexicanos se unieron a la obra, la cual destaca por ser una pista rectangular pero redondeada. Aquí se llevaron a cabo las competencias de ciclismo en pista, pues las curvas peraltadas daban cabida a esta clase de encuentros.

 

Pista de Remo y Canotaje
juegos olimpicos

Este lugar se concibió para que fuera, en su época, el canal de remo más grande de todo el mundo. El proyecto funcionó bajo la batuta de Ignacio Escamilla, Raúl González y Alfonso Múgica. La idea era que el Lago de Xochimilco fuera el cuerpo de agua que suministrara esta extensa construcción, a través de unos pozos hondos que trazaban el espacio necesario según la Federación Internacional de Remo. También vale la pena mencionar, que además de los fines deportistas, esta pista buscaba rendir un homenaje a la belleza que yace en Xochimilco, pues en sus costados se desdoblaban diferentes plantas endémicas de nuestro país.

Fuente: Arch Daily.