Higinio Granada y sus compañeros efectuaban robos y secuestros durante el gobierno de Venustiano Carranza.
En 1915 todavía se podían sentir las consecuencias políticas y sociales que había dejado la Decena Trágica. La confusión en la que estaba el país fue aprovechada por un grupo de asaltantes llamados como La banda del Automóvil Gris gracias al Fiat-1914 en el que se movían a lo largo de las colonias más ricas de la Ciudad de México.
Los integrantes no eran nuevos en el crimen: en 1913 se fugaron de la ahora desaparecida cárcel de Belem. Ángel Fernández y Santiago Risco, de origen español; Mario Sansí, de origen francés y el líder Higinio Granada junto a otros integrantes mexicanos que en total sumaban alrededor de 10 integrantes.
Su modus operandi era usar uniformes del ejército carrancista, y con órdenes de cateo falsas ingresaban a locales y casas de familias adineradas. La gente, incrédula, dejaba pasar a los visitantes ya que en aquel tiempo las búsquedas de armas en las casas, por parte del gobierno, eran constantes. Luego de efectuar el robo de pertenencias se iban en su famoso automóvil gris y huían a las colonias más pobres de la capital.
Todo esto llegó a los oídos de Emiliano Zapata quien envió una carta abierta dirigida a Venustiano Carranza: “Bandas de malhechores allanan las moradas, hacen acopio de objetos preciosos, como lo ha hecho ya la célebre mafia del ‘automóvil gris’, cuyas hazañas permanecen impunes hasta la fecha, por ser cómplices personas allegadas a usted, hasta dónde puede llegar la acción de un Gobierno que se dice representante de la legalidad”, dice el documento. El presidente de aquel tiempo nunca le contestó al revolucionario.
De los tantos crímenes que ocurrieron destaca el del minero Gabriel Mancera en su casa de la Ciudad de México. El monto total fue de casi 500 mil pesos, junto con un collar de esmeraldas, que en un futuro usaría María Condesa: una famosa actriz del Teatro Principal.
Al final todos los integrantes fueron capturados y encarcelados para luego recibir su condena, excepto Higinio Granada, quien a pesar de ser el líder, quedó suelto por revelar datos acerca de los motines que realizaron. Cabe destacar que en 1919 el cineasta Enrique Rosas realizaría la primera superproducción del cine mexicano con una cinta homónima al nombre de la banda, combinando fragmentos de eventos verídicos con dramatizaciones, teniendo como final la ejecución real de seis de los integrantes.
Autor: Alejandro Nájera.