Cada vez es más evidente que las ciudades deben transformar su estilo de vida por uno más sostenible.
Frente a las aceleradas emisiones de gases de efecto invernadero que está produciendo el mundo, y el inevitable riesgo de comenzar, en muy poco, a preparar a las sociedades a la adaptación al cambio climático, muchas ciudades inteligentes del mundo están optando por transformar sus estilos de vida, y optar por vías más sustentables de subsistir.
Estas urbes sin duda están poniendo el ejemplo al mundo como ciudades eficientes y ciertamente, como urbes del futuro. El cambio climático es un tema de actualidad, y los proyectos para mitigarle, planes de las sociedades del futuro con calidad de vida.
Según datos de la ONU, actualmente el 54 % de la población mundial reside en áreas urbanas y se estima que, para 2050, la comunidad urbana será del 66 %. Las principales razones son la sobrepoblación que alcanzará números elevados, y la incesante migración de la comunidad rural a la urbana. Estos datos advierten una premisa innegable: mientras más grandes sean las ciudades, mayores serán sus emisiones contaminantes.
Para ciudades como la capital mexicana, la sustentabilidad es un tema muy lejos de vislumbrar. Y no porque no se tenga el potencial biológico y social (de hecho todo lo contrario), sino porque de entrada los capitalinos carecemos de una conciencia ecológica. Esto se ve reflejado en, por ejemplo, el reciente boom de polución que alcanzó altos niveles en la Ciudad de México el año pasado a grado tal que estuvimos cerca de ser la ciudad más contaminada de todo el mundo. En aquel momento, la capital no se en encontraba preparada para estas cifras de contaminación, y las medidas que se adoptaron –tales como el Hoy No Circula– resultaron en una catástrofe de movilidad. Al respecto no se hizo nada.
La ciudad sigue contaminando en altas cantidades y ya que la prensa olvidó el asunto los ciudadanos también lo olvidamos. Este es solo un ejemplo de muchos que sugieren que la capital, y en esencia sus políticas públicas, no están preparadas para generar proyectos de sustentabilidad.
Sin embargo, el territorio cedemexiquense todavía mantiene su gran potencial para generar desarrollo económico sustentable. Aunque se acostumbra vislumbrar a la CDMX como un paraje caótico y muy urbano, lo cierto es que contiene más diversidad biológica que muchas ciudades del mundo. De hecho, nuestro territorio es tan grande que incluso podemos disfrutar de bosques y cuerpos de agua dentro de la demarcación.
Pero, este “suelo de conservación”, no solo está ahí para enaltecer la estética de la urbe. Sus funciones son cruciales para la vida y la mitigación del cambio climático.
Entender que los recursos naturales de la capital podrían mitigar el cambio climático, limpiar el aire que respiramos y proveernos de agua necesaria para la cotidianidad, al mismo tiempo que generarían seguridad alimentaria y bienestar social para las comunidades que los habitan, es entender que se necesita una Cuidad de México sustentable con urgencia. La capital ya no debe resumirse a plantar arbolitos y crear jardines. Es necesario hacer uso de las herramientas que ya tenemos, en este caso la rica biodiversidad y las manos de cientos de comunidades que pueden ayudar a practicar un manejo sustentable de dichos recursos, que nos beneficie a todos.
Históricamente, las ciudades han perfilado como escenarios aspiracionales donde se puede llegar a generar una mejor calidad de vida. Sin embargo, hoy representan lo contrario. Cada vez más, las personas optan por alejarse de las selvas de concreto, y refugiarse en sitios abrazados por la naturaleza. Porque si se piensa bien, no existe mejor calidad de vida que esa. Al respecto, la Ciudad de México es muy afortunada, ya que cuenta con escenarios ecológicos impresionantes, aunque poco o nada se han venido conservando.
El ejemplo más próximo es Xochimilco y sus parajes acuosos. La zona lacustre de Xochimilco presenta varios problemas ecológicos que podrían llevarle a su desaparición. En el marco de las políticas públicas y ambientales, la CDMX debería actuar urgentemente para volver esta área, y muchas otras más, paisajes sostenibles que fomenten a la acción urbana.
Finalmente cabe destacar otras acciones no menos importantes que la Ciudad de México debería fomentar para abrir brecha rumbo a la sostenibilidad: la transformación de lotes baldíos en huertos urbanos, la restauración de las áreas verdes urbanas, el apoyo del manejo comunitario y sustentable de las zonas forestales y lacustres, el fomento de los huertos urbanos y del consumo local y orgánico de productos mexicanos (tales como las hortalizas cultivadas por chinamperos), el fomento del reciclaje y separación de la basura, el uso de la bicicleta y la promoción y planificación de una urbe más caminable, y los proyectos para mitigar la contaminación por gases son solo algunos ejemplos que hoy debemos tener en mente todos los ciudadanos. Tal vez, como un proyecto de vida personal, para ampliar nuestra conciencia ecológica y aceptar que nuestra ciudad lo tiene todo para generar calidad de vida.
/ Fotografía principal: Diego L. Cuevas – flickr / Creative Commons