Cinco increíbles bibliotecas personales se hallan dentro de la gran Biblioteca de México.
La Biblioteca de México “José Vasconcelos” es, sin lugar a dudas, un hermoso oxímoron: se trata de un lugar para perderse y al mismo tiempo encontrarse. Es, según Mario Vargas Llosa, el refugio de libros más hermoso del siglo XXI, pues sus entrañas albergan cerca de 350 mil libros.
Durante los primeros años de este siglo, la biblioteca dio cabida a las bibliotecas personales de prominentes intelectuales de México. Por este motivo, se intervino su edificio sede, y se creó lo que hoy conocemos como “La Ciudadela: ciudad de los libros”.
Se trata de un recinto cuya labor es reconocer y enaltecer el trabajo de quienes reunieron en sus bibliotecas asombrosos títulos, que además de embelesar a los lectores, verdaderamente los educan. Así, en 2011 y 2012, se instalaron cinco bibliotecas personales. Aquí un poco sobre cada una de ellas:
José Luis Martínez 
El ensayista y poeta jalisciense realizó estudios de medicina y letras en la UNAM, y murió en la Ciudad de México el 20 de marzo de 2007. Fue prologuista de Manuel Acuña, Ramón López Velarde y Alfonso Reyes.
Su biblioteca es una de las más plausibles que un mexicano ha constituido. Está dedicada a los lectores sedientos de historia literaria. La colección está compuesta de 73 mil 500 materiales bibliográficos y hemerográficos de literatura, historia y filosofía.
Antonio Castro Leal
El licenciado y doctor en derecho por la Universidad Nacional, fue también profesor de literatura. Es autor de diversos escritos, tales como antologías de poesía, estudios y traducciones. También se dedicó a la reseña y crítica literaria.
La biblioteca está integrada por más de 50 mil materiales, entre los que destacan folletos, periódicos, mapas y revistas. Las temáticas más recurrentes de su colección son la poesía mexicana, la literatura española y las obras francesas. También cuenta con colecciones asombrosas de música e historia del arte.
Jaime García Terrés
Licenciado en derecho por la UNAM, estética en la Universidad de París y filosofía medieval en el Colegio de Francia. Jaime García Terrés murió en la capital mexicana en 1996. Se le recuerda como artífice de la poesía y el ensayo.
Su acervo es refinado, está integrado por casi 20 mil volúmenes. Destaca su colección de literatura inglesa, así como diccionarios especializados y revistas de carácter literario. También tiene correspondencia con próceres como Diego Rivera, Jorge Luis Borges, Luis Buñuel y Mario Benedetti.
Alí Chumacero
Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y es recordado por su labor como ensayista y poeta. Es oriundo de Nayarit, y murió en la CDMX hace seis años. Es recordado por su trayectoria editorial, sobre todo, por el análisis que hizo de Pedro Páramo.
Se dice que esta colección es un clave referente de la literatura mexicana. Chumacero siempre fue coleccionista, y las 46 mil obras que comprenden su biblioteca lo afirman. Entre las temáticas resaltan el psicoanálisis, el espiritismo, la antropología y las ciencias sociales.
Carlos Monsiváis 
Cronista, ensayista y narrador, este empedernido de la ciudad y las bellas artes cuenta con una de las bibliotecas más increíbles de todo el país. Lo recordamos por sus textos en medios como La Jornada, Nexos y Proceso.
Su acervo promueve las distintas tendencias que permearon los movimientos sociales de nuestro México. Mucha dramaturgia, poesía y narrativa se hacen presentes en sus títulos. Es un gran lugar para leer sobre cine, fotografía y sociología. Tiene, también libros autografiados por autores como Salvador Novo, Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Vicente Leñero y Elena Poniatowska.
