Su acta de nacimiento dice Francia, pero su obra literaria grita México.
Bajo el nombre de pila Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska, nació, en 1932 la afamada escritora, periodista y hasta activista que conocemos como Elena Poniatoswka. Cuando tenía 10 años, arribó a la Ciudad de México, con motivo de las batallas de la Segunda Guerra Mundial.
En nuestro país fue donde comenzó con su carrera en las letras, primero incursionando en el periodismo, con crónicas para medios como el Excélsior. Pronto exploraría su talento literato, denunciando y criticando temáticas como la lucha social en nuestro país.
Ganadora del Premio Cervantes en 2013, Elena Poniatowska ha embelesado a miles con obras como Hasta no verte Jesús mío, La noche de Tlatelolco y El tren pasa primero. Octavio Paz decía que en su prosa se descubría el arte de escuchar, el Rey Juan Carlos de España que sus textos eran de gran compromiso humano y José Emilio Pacheco que en sus libros se atesoraba México. Aquí algunas de sus mejores frases:
“El éxito es un ratito. Uno nunca consigue nada”.
“Una noche la soñé, y tal como la soñé apareció frente a mi puerta”.
“El mejor libro es el que voy a hacer, porque si no ya lo escribiría”.
“Todos estamos, oh mi amor, tan llenos de retratos interiores, tan llenos de paisajes no vividos”.
“Los amores tempranos son los que esperan en las esquinas para ver pasar y después irse a soñar. Son amores que no se tocan pero que se evocan mucho”.
“Antes, el Ángel de la Independencia era lo primero que se veía parado contra el cielo, a ras del aire, donde empiezan las nubes”.
“Un anhelo común los aliaba: la lucha contra las injusticias”.
“Así es la felicidad, a veces grande, a veces no existe”.
“Muchas veces las gentes lloran porque encuentran las cosas demasiado bellas”.
“De pronto la miro y ya no está. Vuelvo a mirarla, la define su ausencia”.
“En 1968 México fue joven y nos hizo jóvenes a todos”.
“Tener un libro al lado de la cama es tener un amigo, un consejo y un apoyo seguros”.
“Con la práctica adquirimos la intuición de saber cuando hemos hecho algo bien y entonces lo conservamos”.
“Las mujeres pueden hablar mejor de sí mismas que muchos escritores”.
“Soy una evangelista después de Cristo, que pertenezco a México y a una vida nacional que se escribe todos los días y todos los días se borra, porque las hojas de papel de un periódico duran un día”.
“Las mujeres son las grandes olvidadas de la historia. Los libros son la mejor forma de rendirles homenaje”.
“Envidio mucho a los que pueden llorar en los entierros. Yo siempre lloro cuando no debo y cuando debo no lloro”.
“Sigo siendo un hombre que depende de una sombra engañosa”.
“La vida se convierte en un solo rostro al que podemos tocar con los labios”.
“La cultura no puede estar al margen de la ética”.