En torno a la presentación de su última novela Matar al Comentador, Murakami hace un llamado al mundo para reconocer lo pasado, para no perder la imprescindible memoria colectiva.
A los revisionismos se les debe plantar cara mediante la narración
H. Murakami
Haruki Murakami tiene esa capacidad escasa de llevarnos a la extraña fantasía que rodea la cultura japonesa. Las imágenes que nos regala tienen algo de animadas, y su narrativa, que además nos desvela temas tanto lúdicos como oscuros es memorable: un libro de Murakami siempre se queda impreso en numerosas imágenes en la mente.
Y más allá de todo ello, también es un autor preocupado por los acontecimientos del mundo. Su personalidad, además, es cautivadora. Amante del jazz (en algún momento abrió uno con su esposa Yoko), del deporte (es corredor de maratones) y también un humanista: regresó a vivir a Tokio luego del ataque de gas sarin en el metro de de esta ciudad por parte de la secta La Suprema Verdad, tema sobre el cual escribió.
Recientemente publicó su última novela Matar al comendador, donde sitúa dos hechos históricos que nos invita a no olvidar: la anexión de Austria por la Alemania nazi y la matanza en la ciudad china de Nanjing perpetrada por el ejército nipón en 1937.
Sobre esta novela, donde emula su propio proceso creativo en el hallazgo de una pintura, Murakami nos invita, por medio de la narración que siempre le da perspectiva al horror, e incluso a lo bello, a que no olvidemos, a que no perdamos la memoria colectiva con la abundancia de la información y la premura contemporánea.
La historia está construida a partir de la memoria colectiva, y está mal olvidarla o alterarla.(..) A los revisionismos “se les debe plantar cara mediante la narración.
En la presentación de su libro manifestó también su preocupación por la xenofobia que en los últimos años está en auge. Y es que si como sociedad perdemos la memoria colectiva, si miramos a nuestros time lines como si todo existiera solo en el presente, no contaremos con las herramientas para entender el horror y la deshonra que ciertos fenómenos como la xenofobia implican. Y es que los vemos muy lejos, es más, quizá solo los vemos como ficción.
La lectura en este sentido es muy importante, porque los fenómenos de la literatura se ubican en épocas y contextos en específico que nos otorgan perspectiva para reconocer aquello en lo que se ha avanzado, y es siempre importante estar en el presente, pero con la perspectiva de nuestra memoria colectiva como humanidad.