Desde 2014 la UNAM implementó en sus instalaciones un bebedero que usa el sistema de captación pluvial.
Dadas las circunstancias que hay en la Ciudad de México por las fugas, la alta demanda, los fallos del sistema Lerma-Cutzamala, entre otras, la Universidad Nacional Autónoma de México, se ha dado a la tarea de utilizar el agua que proporciona la lluvia e instalar un bebedero, bajo el nombre de Jugo de Nube, ubicado en el edificio de Programas Universitarios dentro de Ciudad Universitaria.
A través de las precipitaciones que caen en el techo del edificio de Programas Universitarios y a lo largo de tuberías que desembocan en un invento llamado Tlaloque, el cual funge como un tanque –con una capacidad de 400 litros– en donde se desarrolla el pre-filtrado: se va el 70% de los contaminantes que trae el agua.
Luego de que el Tlaloque se llena el agua va a una cisterna con una capacidad de 30 mil litros en donde el agua se filtra dejando atrás basuras tales como hojas o frutos de árboles. Después van a una cámara que posee otros filtros –más rigurosos– y un generador de ozono que deja el agua lista para beber.
Cabe destacar que aun cuando llegan a los bebederos, el proceso no termina: estos a su vez contienen otro filtro que termina por dejar el agua purificada según lo establecido por la ley, además de ser monitoreado mensualmente por la Dirección General de Servicios Médicos de la UNAM.
Este sistema no sólo consiste un bebedero, también hay dos tomas de agua en donde se pueden llenar botellas y garrafones, donde a diario se generan entre 8 y 26 garrafones que son perfectamente bebibles.
Finalmente, el Programa Universitario busca que este tipo de tomas estén a lo largo de toda C.U. y a su vez generar una conciencia para que este tipo de sistemas sean cada vez más comunes en la CDMX, ya que esto podría ayudar a combatir los problemas de abastecimientos, así como el cuidado de los mantos acuíferos.
Autor: Alejandro Nájera.
