Este lugar guarda los secretos de los capitalinos desde 1626.
En el siglo XVII los frailes Carmelitas adquirieron varios terrenos en las inmediaciones del Río Magdalena. En estas vastas tierras Los Carmelitas construyeron su vida y nos heredaron la hermosa colonia conocida como Chimalistac, ubicada en la delegación Álvaro Obregón, y que fue nombrada por el Gobierno de la Ciudad de México Patrimonio Cultural Intangible, gracias a su basto legado histórico.
Dentro de los lugares que resguarda este hermoso barrio se encuentra una capilla o ermita ubicada en la calle del secreto, que fue construida en 1626 por el famoso arquitecto y fraile, Andrés de San Miguel. Este recinto religioso se dedicó a la devoción de la virgen de los Dolores y uno de sus propósitos era fomentar la plática en voz baja y reunir a la comunidad para escuchar los sermones del prior.
La ermita o cámara de los secretos forma parte de lo que fueron las “Huertas de Chimalistac”, su nombre proviene del fenómeno acústico que se produce al hablar en uno de sus ángulos contra la pared. Cuando se habla en voz muy baja en este espacio, se puede escuchar perfectamente lo que se dijo en el ángulo diametralmente opuesto, sin que las personas paradas en cualquier otro punto del lugar puedan oír nada. Se dice que, en este sitio los frailes aprovechaban su singular acústica para romper su voto de silencio.
A partir del siglo XIX, las huertas fueron expropiadas y vendidas, por lo que ya no sólo los religiosos de la orden aprovechaban la cámara de los secretos, también se volvió un sitio obligado y muy popular para los enamorados. Actualmente este lugar sigue abierto para todo curioso que quiera ir a contar sus secretos en espera de que haya alguien del otro lado que los escuche.