Esta urbe se ha convertido en uno de los destinos más llamativos para los artistas visuales…
Desde hace un tiempo la Ciudad de México se ha convertido en el destino favorito de los viajeros que buscan algo diferente, de los escritores y pintores que quieren crear algo asombroso, de las personas fanáticas de la buena comida y de todos aquellos humanos que necesitan esa calidez surrealista que existe aquí a pesar de los carros, y los largos recorridos que se tienen que hacer para llegar a un sitio.
Según datos de la Secretaría de Turismo, el año pasado nos visitaron la Ciudad de México más de 13 millones de turistas y en 2017 se espera que esta cifra aumente. Estos datos nos indican que de alguna manera el mundo está volteando a ver a esta capital de una nueva manera.
A propósito de este nuevo amor por la CDMX, medios como el New York times, la BBC o la revista Forbes han publicado en sus páginas centrales, una serie de artículos que invitan a la gente de otros países a visitar y a maravillarse con esta enorme urbe, que según los periodistas es algo único que por lo menos se tiene que ver una vez en la vida.
Ya lo dijo el gran André Breton, lo fascinante de la Ciudad de México no es lo que todo el mundo ve, son los rincones surrealistas que están en cada esquina, son las capitalinos que entre tanta inmensidad logran sentirse únicos y estar tranquilos.
Esta belleza inadvertida, ha llamado también la atención de AllSaints y Apple, dos marcas que desde su aparición han sido elegidas por multitudes de jóvenes en muchos países, entre otras cosas, por sus persuasivos comerciales que usualmente están hechos por los mejores directores de cine del mundo. Ambas compañías han elegido esta urbe como el escenario idóneo para promover sus nuevos productos.
Por un lado, la tienda de ropa inglesa AllSaints lanzó hace poco un cortometraje de un minuto llamado I love México City. En él se pueden ver a un grupo de chavos perfectamente vestidos, que se pasean por los lugares más emblemáticos de la capital: que caminan junto a la Latino, deambulan en el segundo piso del Periférico, y se dan besos en alguna de las cuantiosas azoteas que tiene esta metrópoli.
Por su parte, el comercial de Apple es diametralmente distinto. Inicia en un barrio viejo, de fondo se ve, en un hermoso formato blanco y negro, una de esas calles transitadas del Centro Histórico. Mientras la gente de alrededor inicia sus actividades cotidianas, un hombre afroamericano se pone sus Airpods, escucha una melodía suave y de pronto, sus pies empiezan a flotar al ritmo de la canción y el bailarín incluso puede caminar sobre los clásicos muros rayados de la CDMX
Más allá de si creemos o no en el poder de los comerciales, o de si nos interesa leer lo que los extranjeros piensan de nosotros, la clave de estas cartas de amor del mundo a la Ciudad de México está en que este lugar es genial, único y original ¿Cuándo empezaremos a ver eso las personas que vivimos aquí?