Se dio un paso vital para preservar al hermoso lobo mexicano…
Los Canis Lupus Baileyi o lobo gris mexicano, son una subespecie genéticamente distinta al lobo tradicional que mide 80 centímetros, tiene una amplia cola, es noctámbula y ha sido encontrado algunos sitios áridos de Norteamérica: específicamente en el desierto de Sonora y en Chihuahua.
A pesar de su inconmensurable belleza, desde 1990 estos animales estaban en peligro de extinción. Esto se debe, entre otras cosas, a la súbita escasez de cuervos en sus hábitats y a la caza no controlada. Ambas amenazas han reducido dramáticamente en número de lobos mexicanos. De hecho, hace unos años sólo quedaban 260 ejemplares, una cifra desgarradora.
A propósito de lo anterior, fue muy buena noticia anunciar que hace un año el Zoológico de los Coyotes, ubicado al sur de la capital, vio nacer a una camada de 7 lobos grises mexicanos, la más numerosa que se ha dado en cautiverio.
Según lo informó la Secretaría del Medio Ambiente de esta urbe, la gestación de estos animales duró dos meses. Para lograr el alumbramiento su madre “Pearl” se refugió durante ocho semanas en un escondrijo, mientras su padre “Yoltic” resguardó afuera de la madriguera para que no le pasara nada a su nueva familia.
De acuerdo con un boletín emitido por la UNAM, los mexicanos podemos ser testigos de la belleza de este ejemplar, gracias al esfuerzo de especialistas y ciudadanos agrupados en 55 instituciones multidisciplinarias, 38 de ellas pertenecientes a la Unión Americana y el resto, a México, que se han encargado de protegerlo, rehabilitarlo y conservarlo.
En el documento, Xóchitl Ramos Magaña, veterinaria egresada de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM, comentó que en México contamos con un centro de rehabilitación donde, una vez que los animalitos son considerados aptos para su vida silvestre, son liberados en los estados de Sonora, Chihuahua, Durango, Zacatecas y Nuevo León, así como entre Arizona y Nuevo México, en Estados Unidos. «Cuando están en cautiverio no se deben crear lazos afectivos entre estos y los humanos ni dependencia alimenticia, pues, cuando son liberados buscan a la gente y eso los pone en riesgo», dijo la especialista.
Cabe destacar que dada la profunda destrucción de su ecosistema ya casi no quedaban lobos silvestres, por lo que esto representa una verdadera esperanza para la supervivencia de este magnífico animal.