Parte de la estética urbana de nuestra capital se la debemos a ingenieros, arquitectos, muralistas y principalmente a escultores, por ser los interpretes urbanos más viejos de nuestra ciudad. La escultura es un arte muy antigua en México, se aprecia desde las primeras culturas prehispánicas donde se encarnaba a manera de dioses a las fuerzas de la naturaleza. Hoy en día se siguen admirando en cada cruce de avenida, parque o camellón donde innumerables artistas nos han permitido embellecer nuestras calles y darles un significado.
Las esculturas de una ciudad pueden fungir como importantes símbolos culturales, ya que además de su calidad monumental -que en algunas ocasiones celebra hechos históricos-, fungen como espejos de nuestra identidad, reflejos de nuestros mitos y nuestra realidad colectiva.
Te presentamos algunas de las esculturas más emblemáticas de tu ciudad, excluyendo por el momento las consideradas como monumentos.
El Cárcamo
Chapultepec 2ª Sección
En el bosque de Chapultepec, en su segunda sección, existe una fuente escultural conocida como el Cárcamo de Dolores construida por Diego River en 1951 para celebrar las obras hidráulicas del sistema del Río Lerma realizadas para el abastecimiento de agua a la ciudad. El Cárcamo de Dolores está formado por 3 tributos: el edificio, el mural “El agua: origen de la vida en la tierra” y la Fuente de Tláloc. Todas ellas forman una enigmática escultura que asemeja un laberinto, un trabajo sumamente detallado creado a base de mosaicos.
Paseo de las esculturas
Ciudad Universitaria
El 50 aniversario de Ciudad Universitaria fue conmemorado con seis obras abstractas realizadas en piedra, metal y concreto por diferentes artistas: encuentras la Coatl/Serpiente, de Helen Escobedo, una especie de laberinto cubico tridimensional de tonos fluorescentes; la corona del Pedregal de Mathias Goeritz, una gran torre roja conformada por 5 aristas; las Serpientes del Pedregal, de Federico Silva, una gran extensión de roca volcánica similar a la muralla china; el Ave Dos, de Hérsua, una interesante pieza minimalista en tono anaranjado; la estructura negra de Manuel Felguérez, una variante de la Llave de Kepler y el Colotl, de Sebastián, un extraordinario alacrán metálico. Aledaño también podemos encontrar al increíble espacio escultórico, inspirado en la belleza y perfección circular.
Exposición escultórica de Jorge Marín
Avenida Reforma
Es de esperarse que un bello paraje como Paseo de la Reforma concluya una serie de símbolos hermosas que denotan los avances de una ciudad inteligente. Banquetas amplias, Jacarandas, bancas fuera de lo común y extraordinarias esculturas es lo mínimo que encontramos aquí. La exposición de ángeles de bronce realizadas por Jorge Martín son algunas de las que ornamentan a este gran cauce urbano, y que en su conjunto manifiestan la posibilidad de que las calles se conviertan en un museo.
La Giganta
Museo Jose Luis Cuevas
El museo José Luis Cuevas alberga en su patio una figura de 8 metros y medio y 8 toneladas elaborada de bronce. Su nombre es “la giganta” y retrata a una genial obra andrógina amorfa que muestra por el frente, la cara de una mujer, mientras que el extremo posterior la de un hombre. Las ataduras de la indumentaria transparente se han “desatado” de piernas y brazos para dar paso a la libertad femenina que con la espléndida iluminación nocturna que recrea sombras y destellos, pareciera que la Giganta avanza hacia la puerta.
El Paraguas
Museo de Antropología
Situada dentro del Museo Nacional de Antropología, es una de las más hermosas edificaciones que se ha hecho en la explanada de un recinto artístico. Se trata de una inmensa columna de 28.70 metros con gran historia, pues sobre ella se encuentran tallados impresionantes relieves de bronce que simboliza la unión entre dos culturas. En ella podemos figurar, por un lado, las imágenes de: un águila (escudo nacional), los rostros de un indio y un español, el árbol de ceiba, el sol naciente, la espada (símbolo de conquista) y a los guerreros naguales del Águila y el jaguar; por el otro extremo encontramos la insignia de un átomo, la paloma de la paz, el sol poniente y los pies de los mismos naguales. A esta hermosa construcción también se le conoce como la sombrilla o el árbol.
Esculturas de Leonora Carrington
Centro Histórico
Existen innumerables esculturas de la surrealista inglesa Leonora Carrington quien vivió mucho tiempo en nuestra ciudad. Leonora tenía un profundo interés en la magia, la alquimia, la mitología celta y el ocultismo. En sus pinturas y esculturas nos compartió un poco de su imaginario onírico, que suele presentar una simbología propia de doctrinas ocultistas, haciendo alusión en muchas ocasiones a la magia thelémica de Crowley. Algunas de sus esculturas más emblemáticas son el cocodrilo en Paseo de la Reforma, la banca “ya no hay lugar” situada detrás de la Catedral Metropolitana y los animales fantásticos situados en el Atrio de San Francisco en la calle de Madero, Centro.
El Caballito
Paseo de la Reforma
El caballito, del escultor Enrique Carbajal, es una gran pieza abstracta creada para elogiar al antiguo monumento El Caballito que se encontraba ahí, y que fue movida a la Plaza Manuel Tolsá frente al Palacio de Minería. Es una obra muy emblemática para los capitalinos pues se encuentra justo en uno de los cruces de la avenida más emblemática de la ciudad: Paseo de la Reforma.
Escultura del Chapulín
Chapultepec 1ª Sección
Los chapulines son un símbolo místico de nuestra cultura, una representación nagual de nuestros ancestros. En chapultepec especialmente abundan mucho y es aquí donde encontramos algunas imágenes de ellos. La escultura del chapulín es muy pequeña y sin embargo valiosa para aquellos que gustan de admirar los mínimos detalles.
La Diana Cazadora
Paseo de la Reforma
Esta escultura data a 1938 y representa a la diosa Artemisa, como deidad de la caza y los animales salvajes. La Diana cazadora o flechadora de las estrellas del norte es una hermosa escultura creada por Juan Fernando Olaguíbel, sobre la avenida Paseo de la Reforma, en el cruce con avenida Sevilla. A sus pies se desborda un gran fontanal de tres aros que luce pigmentos multicolor al atardecer, una construcción Art Deco y hoy en día figura como uno de los principales emblemas de la capital. La musa de esta pieza fue una chica de 16 años que trabajaba para una oficina de Petróleos Mexicanos dirigida por Vicente Mendiola, entonces amigo del escultor de la pieza, Juan Fernando Olaguíbel.
Ruta de la Amistad
Periférico Adolfo Ruz Cortines
Las esculturas de la ruta de la amistad fueron parte del proyecto modernista para la primer olimpiada de México. En este extenso corredor cultural (el más grande del mundo con 17 kilómetros) se pueden apreciar 19 sublimes esculturas, en su mayoría figuras geométricas sin forma, de artistas de todo el mundo. La ruta de la amistad representa un valioso sitio escultórico, pues los artistas conjugaron una tendencia modernista poco usual entonces.
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