¿Cuál es el papel de los héroes históricos en un país?
La defensa del Castillo de Chapultepec en 1847 ha sido recordada como un episodio heroico en la historia del país. Se suscitó en plena invasión de Estados Unidos cuando un grupo de cadetes decidieron permanecer en el Colegio Militar, a pesar de las instrucciones de sus superiores, y resistir una batalla brutal con consecuencias fatales para los mexicanos.
Fue así como Francisco Márquez, Agustín Melgar, Fernando Montes de Oca, Vicente Suárez, Juan de la Barreda y Juan Escutia se convirtieron en leyenda. Quizá porque al verlos muertos un teniente norteamericano gritó “pero si son apenas unos niños”. Tal vez porque corrió el rumor de que el joven Escutia se envolvió en la bandera para evitar que la insignia patria quedara en manos de los estadounidenses.
Sin embargo, a lo largo de los años muchos historiadores han cuestionado la versión oficial de los “Niños Héroes”. Los especialistas sostienen, por ejemplo, que no eran niños sino jóvenes en sus veinte años. Otros, los más escépticos, aseguran que no existieron y que los supuestos restos óseos que se encontraron en 1947 no pertenecían a ellos. Asimismo, hay quieren sugieren que el incidente de la bandera del cadete Escutia no tiene fundamentos de ningún tipo.
Aunque nunca podremos estar seguros de lo que realmente pasó aquel 13 de septiembre, lo que sí es un hecho es que esta leyenda ha persistido en el tiempo. Y quizá más que analizar los acontecimientos que nos hicieron aprendernos de memoria en primaria, valdría la pena profundizar en el verdadero significado de la palabra que describe a los cadetes: héroe.
Para empezar a indagar en el tema, vale la pena detenernos en el El héroe de las mil caras, un libro escrito por el experto en mitología Joseph Campbell que tras estudiar miles mitos alrededor del mundo, llegó a la conclusión de que sin importar el país o el idioma todas las sociedades han creado un sólo un tipo héroe cuyo viaje narrativo es el mismo.
Según esta obra, el camino de todos los héroes inicia en el “Llamado a la aventura”, ese instante en el que una situación inesperada se aparece y lo invita a participar en ella. Luego, la travesía continúa con la “Partida” que es el momento en el que el héroe abandona su hogar para dirigirse al peligro de lo nuevo. Una vez dentro, el ídolo encuentra la “Confrontación”, aquí tendrá que enfrentarse a sus miedos más profundos para sobrevivir.
Después de la gran pelea está “La crisis”, en esta parte el héroe experimenta el instante más oscuro de su viaje. Se enfrenta con la muerte e incluso puede morir. Sin embargo, sea cual sea el resultado de su abatimiento, el protagonista renacerá y se volverá más poderoso de lo que era en un principio.
Tal vez, si Campbell hubiera analizado la historia de Los Niños Héroes hubiera dicho que estos soldados tienen todos los elementos clásicos para ser considerados héroes clásicos. Después de todo los seis cadetes, hayan existido o no, cumplen una función social importante: la de recordarle a los jóvenes de este país el valor de no perder las esperanzas y de proteger hasta el último instante aquello por lo que se cree. Algo bueno para pensar este 15 de septiembre.