Desde caricaturistas hasta secretarías de gobierno apoyaron este tipo de manifestación artística.
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El 13 de mayo de 1942 navegaba por el Golfo de México El Potrero del Llano, llevaba 40,000 barriles de petróleo para abastecer a Estados Unidos, su principal comprador por aquella época. Sin embargo, un submarino alemán abrió fuego y lo partió en dos. Al día siguiente el presidente Manuel Ávila Camacho manifestó su desaprobación y exigió a Alemania “una retribución satisfactoria”. La única respuesta obtenida fue el hundimiento de otro buque, el Faja de Oro.
Esto fue suficiente para que Ávila Camacho mandara una declaración de guerra que sería aprobada por el Congreso de la Unión. Con esto México se preparó para entrar en uno de los conflictos bélicos más importantes de la historia, que fue acompañado de propaganda con un fuerte sentimiento de nación.
Con este cartel se anunció la unión de México al bloque aliado.
La declaración de guerra al Eje también atacó otras dictaduras militares como las que había en Italia y Japón.
Además del Potrero y el Faja, hubo cuatro hundimientos de buques mexicanos. La Secretaría de Marina siempre apeló a la libertad de navegar.
Las diferencias políticas entre México y Estados Unidos disminuyeron con el pasar de los días de la guerra, llamando a todos los americanos a estar unidos.
La Secretaría de Educación Pública temía que los jóvenes dejaran de estudiar, por eso realizó propaganda para enaltecer a los estudiantes.
En México se decía que Adolf Hitler estaba en contra de cualquier manifestación artística, atribuyéndole frases que nunca dijo.
El Taller de Gráfica Popular distribuyó este cartel en el que se festejaba el triunfo de la Unión Soviética sobre Alemania.
Autor: Alejandro Nájera.