Sobre los artistas que rompieron paradigmas con sus vanguardistas técnicas y temáticas.
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Hablar de arte moderno es hablar de un movimiento opositor; de una etapa de experimentación. Sobre todo en el arte plástico, la modernidad llegó para cuestionar y romper con todos los métodos, técnicas y temáticas que monopolizaban el llamado arte tradicional o clásico.
Pese a que el arte moderno arribó en distintos años a las diferentes latitudes del mundo, se puede decir que la primera mitad del siglo XX es la que marcó un parteaguas no solo en el ámbito pictórico, sino también arquitectónico, filosófico y literato.
No debe confundirse con el arte contemporáneo, que surgió alrededor de la segunda mitad del siglo pasado. El arte moderno está ligado directamente a las afamadas vanguardias, como el cubismo, el surrealismo, el dadaísmo y en el caso de México, el muralismo.
Pero no solo este movimiento definió al arte moderno mexicano. Y si bien los tres grandes (Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco) jugaron un importantísimo papel en el arte del siglo XX, también hubieron otros artistas que no siguieron los cánones impuestos por el muralismo, y aun así formaron parte de la modernidad artística de este país. Aquí algunos de los representantes más talentosos:
Rufino Tamayo
1899 – 1991
María Izquierdo
1902 – 1955
Roberto Montenegro
1885 – 1968
Alfredo Zalce
1908 – 2003
Dr. Atl
1875 – 1964
Manuel Rodríguez Lozano
1896 – 1971
Francisco Goitia
1882 – 1960