El puente entre la elegancia y la tradición…
México es un país valorado por sus riquezas culturales y naturales. Además de la comida, los paisajes y tradiciones, este país es la cuna de un grupo nutrido de talentosos artesanos y diseñadores. Un selecto grupo de artistas que han llamado la atención del mundo e inspirado a unos cuantos gracias a su técnica y habilidad con los materiales.
En honor a esta capacidad poco usual, se organizó la Muestra de Moda Mexicana, un proyecto creado por la Asociación Cultural Mexicano Catalana (MEXCAT), cuyo objetivo principal fue representar la cultura nacional a través de la moda. Durante este evento se expuso lo más sofisticado del universo textil del país así como diversos accesorios y joyería que mezclan de una forma magistral las tradiciones más arraigadas y las expresiones contemporáneas vanguardistas.
La convocatoria para participar en esta gran fiesta se abrió en septiembre y octubre. En en total, concursaron: 46 instituciones y 22 estados de la República, los más destacados fueron: Querétaro, Nuevo León, Chihuahua, Sinaloa, Coahuila, Guanajuato, San Luis Potosí, Estado de México y por supuesto, Tabasco.
Entre todos los diseñadores que participaron en la exhibición de moda mexicana, los que más llamaron la atención fueron Fabiola Calderón y David Priego con sus propuestas tan originales dentro del área textil para dama. Estos artistas, presentaron una colección de impresionantes prendas que cautivaron no sólo a los asistentes sino a los jueces que calificaban lo que se prestaba.
A diferencia de los otros concursantes, este par de diseñadores se enfocaron en representar con tela el estilo tradicional de Tabasco, su estado natal. Fabiola y David imprimieron en una serie de prendas modernas pequeños detalles tradicionales que tuvieron el don de crear un contraste perfecto entre lo nuevo y lo folclórico y lograron una sofisticación asombrosa.
Calderón, elaboró un conjunto compuesto por una blusa y una falda de tablones. Su inspiración principal fue la Avenida de Paseo Tabasco decorada en primavera. La representó por medio de guayacanes y macuilis bordados en punto de cruz, creando un concepto muy alegórico entre las principales tradiciones dentro de esta estación.
Por su parte, Priego, diseñó un vestido elegantísimo. Blanco y largo a base de tul francés. Para realizarlo, se basó en las famosas mariposas blancas de su tierra. Las representó a través de la técnica del punto de lomillo en la transparencia del vestido, dándole un toque final de sofisticación y simplicidad.