Sobre la catrina monumental que adorna Taxco

Cerca de 15 mil flores de cempasúchil constituyen esta hermosa catrina.

 

Durante los gobiernos de personajes como Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz, los caricaturistas de la época dibujaban calaveras para denunciar las injusticias que tanto caracterizaban a la política mexicana. Estos esqueletos aparecían recurrentemente en los periódicos y eran conocidos por los lectores como formas sutiles y graciosas de crítica social.

La versión original de esta calavera es un grabado en metal que corrió a cargo del dibujante José Guadalupe Posada. Cabe mencionar, que este artista la bautizó como calavera garbancera, pues era un término con el que se le conocía a aquellos que vendían garbanza y que siendo indígenas pretendían ser oriundos de España o Francia.

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La calaca de Posada no tenía ropa, únicamente portaba un llamativo sombrero. Y es que esto era una manera de expresar que en la época había muchos mexicanos pobres que buscaban hacer saber que tenían estilos de vida europeos. Como decía el artista, “en los huesos pero con sombrero francés con sus plumas de avestruz”.

El término de catrina no surgió hasta principios el siglo XX. Los catrines eran aquellos hombres elegantes que siempre estaban acompañados de mujeres despampanantes. Fue el pintor Diego Rivera quien le puso este nombre a la calavera, al darle una vestimenta sofisticada en su obra Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, donde sale la catrina con su creador, José Guadalupe Posada. Desde entonces, la catrina se convirtió en un referente clave del Día de Muertos en México.

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Por su parte, la flor de cempasúchil es una flor autóctona de México y América Central. En nuestro país es conocida como la flor de los muertos, pues suele florecer después de las épocas de lluvia, justo a tiempo para las celebraciones del 2 de noviembre.

La palabra viene del náhuatl, y quiere decir “flor de veinte pétalos”. Si bien esta flor cuenta con poderes curativos, lo cierto es que es popular por adornar las ofrendas que se montan como tributo a los difuntos. Se trata de una planta simbólica, ya que sus pétalos buscan enmarcar en el suelo el camino que las almas de los muertos deben seguir para llegar al altar que se ha colocado en su honor. Esto se emplea porque se cree que los pétalos de cempasúchil guardan el calor del sol, e iluminan los caminos para que los fallecidos puedan visitarnos cada Día de Muertos.

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El municipio de Taxco ha fusionado estos dos emblemas para realizar una obra de arte monumental y plausible. Se trata de una catrina gigante elaborada con más de 15 mil flores de cempasúchil, que cada noche se riegan para que conserven su vibrante y hermoso color.

Este es el tercer año que el municipio construye este tapete, en la explanada de la Plaza Borda, junto a la parroquia de Santa Prisca y San Sebastián. Cabe aclarar, que la catrina está adornada con una frase que dice “Taxco está de pie”, con motivo de los estragos que dejó el sismo del 19S en la comunidad. La maravillosa catrina podrá apreciarse hasta el 2 de noviembre, día en que se empezarán a obsequiar las flores a los turistas y pobladores de esta gran ciudad.