Primero se ve una luz brillante en el paisaje, después todo ocurre en un instante…
Los asteroides o cometas son una de las atracciones visuales más asombrosas que nos ofrece el universo. Un fenómeno luminoso (que comúnmente se conoce como “lluvia de estrellas) que se produce cuando partículas de polvo, hielo o rocas atraviesas la atmósfera terrestre.
Aunque la mayoría de los cometas son inofensivos y sólo se dedican a orbitar inocentemente alrededor del sol. Otros chocarán inevitablemente con algunos cuerpos que deambulan por el universo y pueden alcanzar en la colisión una velocidad de 40 mil kilómetros por hora. Los meteoros van tan rápido que, si uno lo suficientemente llegase a estamparse con la Tierra podría generar un enorme caos.
Un impacto espacial de enorme magnitud podría generar una devastación a escala global, a tal nivel que la vida tan cual la conocemos cambiaría por siempre. La prueba más contundente de esto se suscitó en México en la Península de Yucatán.
Según algunas teorías, hace 65 millones de años una roca gigante cayó en territorio mexicano. La intensidad con la que explotó fue tan impresionante que dejó un cráter de 200 kilómetros de ancho y 30 de profundidad. El meteoro provocó erupciones, sunamis, cambios climáticos intensos y eventualmente la extinción de los dinosaurios.
Este no ha sido el único cometa que ha aterrizado en nuestro país. De hecho, México es considerado uno de los lugares del mundo en los que más meteoros han caído. Hasta ahora se tiene registro de la llegada de al menos 90 “asteroides importantes”, un número insólito si se tiene en cuenta que hay tierras en las que esto no ha pasado ni una vez.
Para hacer un breve recuento de los meteoros que han llegado a esta nación. Podríamos empezar con “Allende” un asteroide que cayó sobre el misterioso y árido desierto de Chihuahua. Irrumpió en la tierra una madrugada de 1968. El impacto de este astro fue tal que los habitantes de una población aledaña lograron recolectar al siguiente día al menos dos toneladas de fragmentos. Esta piedra es considerada el objeto más viejo que vive en la tierra. Se estima que la roca tiene al menos 4,600 millones
Otro cometa famoso que llegó a México fue el llamado “Bacubirito”. Este astro, encontrado en las inmensidades de Sinaloa, es el quinto más grande del planeta y el segundo de América. Se trata de un sedimento espacial que pesa más 20 toneladas.
Actualmente la colección de meteoros mexicanos vive en el Instituto de Geología de la UNAM. Hay que destacar que estos fragmentos del universo son una herramienta muy oportuna para investigar el origen de la tierra, del universo y la composición química de otros planetas. Estos cachos celestiales son la oportunidad de entender un poco más el misterio que nos rodea.