Villalpando es el representante más importante del barroco mexicano.
Pese a que no se conoce con certeza el año de su nacimiento, se estima que Cristóbal de Villalpando nació en 1649 en la Ciudad de México. El artista fue uno de los pintores más importantes de la Nueva España, y es que su vasta obra lo ha constituido como un referente clave cuando de barroco mexicano se trata.
Desde finales del siglo XVII a principios del XVIII, Villalpando realizó sus más afamadas obras pictóricas. Las primeras datan de 1675, en el retablo de Huaquechula, Puebla. Más tarde, en 1681, plasmó su arte en otro retablo, esta ocasión en Azcapotzalco. Un año más tarde visita el centro para ornamentar la sacristía de la Catedral Metropolitana, entre 1684 y 1686.
Por su talento, Villalpando fue nombrado veedor a la orden del virrey, razón por la cual se convirtió en una clase de maestro para los nuevos pintores que ingresaban al gremio. En 1687, el artista visitó Guadalajara para hacer diversas obras para la catedral de la ciudad. Es en 1710 el año en que se fechan las últimas piezas de Cristóbal de Villalpando, para el colegio jesuita de Tepoztlán.
Sin duda la religión es lo más presente en la trayectoria de este artista, uno que de manera acertada replicó el estilo barroco en los diferentes pasajes bíblicos que representaba en sus cuadros. Si bien la mayor parte de sus pinturas se encuentra en México, lo cierto es que Villalpando ha viajado por el mundo en distintas exposiciones de arte novohispano, una corriente poco admirada en la historia artística de nuestro país. Aquí un recorrido por sus cuadros más bellos:
La Dolorosa
1680 – 1689
Moisés y la serpiente de bronce
1683
La Iglesia Militante y la Iglesia Triunfante
1685
El diluvio
1689
Adán y Eva en el Paraíso
1689
San Francisco derrota al Anticristo
1691
San Juan Evangelista y Santa María Jesús de Agreda
1700 – 1711
Oración en el huerto
Sin fecha
Triunfo de la Iglesia
Sin fecha
Los cinco señores
Sin fecha
Santa Teresa
Sin fecha
La anunciación
Sin fecha