La historia de una calle: ¿quién fue Bucareli?

La avenida Bucareli fue inaugurada en 1778 por órdenes del virrey homónimo.

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Antonio María de Bucareli y Ursúa nació en Sevilla, España, el 21 de enero de 1717. Es recordado por haber sido militar y administrador colonial, y miembro caballero de la orden de San Juan. De igual forma, asumió el cargo de teniente general de los ejércitos reales y gobernador de Cuba de 1766 a 1771. Cuando acabó su mandato en la isla, fue trasladado a la Nueva España para convertirse en virrey.

Cabe mencionar, que durante su estadía en México llevó a cabo diferentes mejoras civiles, no solo en la capital sino en los distintos territorios que componían el virreinato. Algo que destaca de su mandato es el hecho de que se esmeró por comisionar estudios científicos alrededor del país, cosa que nadie había hecho antes.

Asimismo, construyó un canal para el desagüe del Valle de México e inauguró y mejoró varios hospitales. Pero si su nombre resuena en el imaginario colectivo de los capitalinos es, sin duda, por la calle del Centro Histórico que lleva su nombre.

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Es común que los topónimos de las arterias citadinas se bauticen como manera de homenaje póstumo a algún personaje relevante en la historia. Pero el caso de Bucareli no fue así. De hecho, él mismo fue quien mandó crear esta calle, con el objetivo de urbanizar la Nueva España.

En 1778, el virrey mandó plantar muchísimos árboles y hermosas fuentes a lo largo de la avenida, para que además de ser un camino, también fuera un paseo recreativo para todos los pobladores de la urbe. Según las crónicas, el paseo también se adornaba con glorietas. Se dice que la más hermosa se desdoblaba donde hoy se erige el afamado Reloj Chino.

Es importante mencionar, que la calle no nació desde cero. A decir verdad, se diseñó sobre una calzada que ya existía, y comenzaba en donde hoy se encuentra Bucareli con el Paseo de la Reforma.

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El virrey Bucareli murió el 9 de abril de 1779. Pero por fortuna, dejó en una calle la memoria de su legado en la capital. Y es que desde que se creó, se ha definido como uno de los paseos más concurridos y famosos no solo del centro, sino de toda la metrópoli. Hacia el siglo XIX, era sin duda la calle preferida de todos. Madame Calderón de la Barca relató en su libro La vida en México: “Ayer, por ser día de fiesta, el paseo estaba lleno de carruajes, y en consecuencia, mucho más brillante y divertido que nunca”.

Ciertamente, con el desarrollo de la ciudad el trazo original de la avenida se fue modificando, y vio la llegada de nuevos edificios, nuevos cruces de calles y nuevos monumentos.

Hoy por hoy, la calle se desenvuelve en un sentido, de norte a sur y se conoce simplemente como Bucareli. El Caballito, el Excélsior, El Universal, el conjunto Mascota y la Secretaría de Gobernación son algunas de las estructuras que han sido testigo de la evolución, identidad y valor de esta entrañable calle.

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