Un poco de color en estos días invernales…
Aunque parezca difícil de creerlo 2017 está llegando a su fin. Ya se ven desde las calles los indicios de la Navidad. Los árboles detrás de las ventanas, los adornos en los barrios y la multitud de Santa Clauses relegados en los Centros Comerciales. Ya empezaron los planes, la compra de regalos y el recuento de los propósitos no cumplidos en el año.
En la Ciudad de México ya se escucha el rumor de las posadas y las fiestas. Los cantos, el ponche y sobre todo las piñatas. Esas artesanías, hechas de barrio o de cartón, que cada año aparecen en las celebraciones y demuestran la creatividad plástica que hay en este país.
¡Las piñatas nacieron hace varios siglos en el lejano oriente. Según los historiadores fueron creadas en China para celebrar el Año Nuevo. Luego, occidente las conoció gracias que Marco Polo las llevó a Italia donde fueron bautizadas como “vasijas frágiles”. Años más tarde, llegaron a España y se emplearon para festejar el Miércoles de Ceniza.
Durante la Conquista las piñatas llegaron a México. En un inicio eran usadas como herramientas de entretenimiento para convertir a los indígenas al cristianismo. A diferencia de Europa, en la Nueva España se usaron como parte de las celebraciones de decembrinas. Los primeros jarrones que se rompieron en el país se hicieron en el Convento de Acolman en el Estado de México.
Lo que sigue a esta breve historia lo conocemos de memoria. Sabemos que hoy en día, las piñatas aparecen en cada fiesta infantil y en cada festejo de fin de año. De hecho, son tan importantes para nuestra cultura, que desde hace unos días se exponen en el Paseo de la Reforma 14 piñatas colosales hechas de flores.
Esta singular exhibición fue organizada por el Festival Flores y Jardines con un doble objetivo. El de mostrarle a los capitalinos el trabajo y de la pericia que tienen los maestros florales en México y el de promover la jardinería, la horticultura y el paisajismo en una ciudad que adolece de espacios verdes.
En la muestra participaron 31 diseñadores. Las únicas consignas que tuvieron para diseñar sus creaciones fueron: que las piñatas estuvieran hechas de flores, que tuvieran los clásicos 7 picos y que midieran 1.50 metros de diámetro. Lo demás se dejó a la colorida imaginación de los artistas y el resultado fue espectacular.
Las piñatas estarán suspendidas en arcos de bambú en el tramo que se interpone entre el Museo de Antropología e Historia y El Museo Rufino Tamayo. Hay que destacar que la exhibición estará poco tiempo porque lo que hay que procurar verla estos días.
Sí, ya viene el fin de año y que mejor manera de concluir 2017 que disfrutando el esplendor de la CDMX en estos días de invierno.
Exposición de las piñatas…
Hasta el domingo 17 de diciembre
¿Dónde? Paseo de la Reforma
Dirección: entre: Calzada Mahatma Gandhi y Avenida Grutas.