Gabriel Dawe (Ciudad de México, 1973).
Su voz habla a través del espectro de la luz, de la luz rota, de los colores que integran el arcoíris, todos ellos encarnados en textiles y finos hilos que crean extrañas cuevas habitadas por una buena dosis de psicodelia. Así, el artista mexicano Gabriel Dawe, hoy radicado en Dallas, crea instalaciones que hacen reflexiones necesarias sobre la conexión entre la moda y la arquitectura, hablándonos también sobre la necesidad que tiene el ser humano de tener un refugio.
Dawe (diseñador gráfico de carrera) recuerda cómo lo marcó el hecho de que, cuando era niño, su abuela nunca le permitió aprender sus técnicas de tejido con gancho por ser hombre, y esta vivencia habría de influenciar su trabajo definitivamente. Así, el trabajo de este artista se centra en la exploración de algunos textiles, examinando a través de sus características las distintas construcciones que existen en México en torno al género, la identidad y las nociones de masculinidad, haciendo un llamado a repensar nuestros papeles genéricos y criticar el machismo que aún existe, con mucha fuerza, en nuestro país.
Su serie de instalaciones Plexus —nombrada así por la red de venas y nervios que transitan nuestro cuerpo formando complejas conexiones—, quizá la más famosa hecha por él, integra una serie de instalaciones de gran formato hechas con hilos que exploran los colores de los distintos espectros que tiene la luz, específicamente creadas para el lugar que van a habitar. Los restos de la pieza, una vez que ésta es desmontada, son llamadas por él “reliquias” y exhibidas como tal.
El trabajo de Gabriel Dawe ha viajado por el mundo y ha sido exhibido en museos, galerías y otros espacios en países como Estados Unidos, Canadá, Holanda, Bélgica, Dinamarca y el Reino Unido. El artista también trabaja en otros medios, como el papel y la escultura, además de la escritura, con algunos ensayos que explican su trabajo y su muy específica búsqueda a través de él.
El artista explica que la admiración por el cielo y sus colores es una herencia de sus padres, pero que fueron los cielos de Texas lo que lo inspiró para hacer sus esculturas de hilo, redes de tejido que hablan con fuerza, a través de los colores, sobre el cielo y su poesía.