Un artista plasmó nuevas piezas en los pocos muros que dejaron los sismos del año pasado.
El 7 de septiembre de 2017, un fuerte sismo azotó diversos municipios de Oaxaca y Chiapas. Según datos del Gobierno de México, el temblor dejó más de 100,000 inmuebles dañados. Una de las regiones más afectadas fue Juchitán de Zaragoza, una ciudad al suroeste de Oaxaca.
Cabe mencionar, que antes del terrible terremoto, las paredes de este lugar estaban llenas de arte urbano. Y es que había varios colectivos que, por su propia cuenta, se daban a la tarea de embellecer el poblado con sus formas y colores. Lo interesante, es que las piezas eran un reflejo de la idiosincrasia de Juchitán. Artesanos, niños y campesinos quedaban plasmados en las obras de estos artistas.
Lamentablemente, con la sacudida, estos muros quedaron casi completamente destruidos. Grandes grietas atravesaron las piezas artísticas, llevándose su mensaje y su identidad.
Es por este motivo, que un artista juchiteco llamado Suarte Noriega Nicolás decidió regresarle la vida a las paredes del lugar, pues si bien la mayoría cayeron al suelo, hubo algunas que se mantuvieron incólumes para demostrar que la esperanza es lo último que muere.
Con el propósito de devolverles la sonrisa a los habitantes, este artista plasmó nuevas pinturas en Juchitán. “No puedo apoyarlos con dinero, pero con arte sí, para volver a dar una esperanza a la gente, a los jóvenes, a los niños, porque ellos son los que van a apreciar el arte”.
Y en efecto, este tipo de iniciativas ayudaron a motivar a las personas a reconstruir su patrimonio. De hecho, el proyecto fue replicado en Axochiapan, Morelos, donde ocurrió el epicentro del temblor del 19 de septiembre. Aquí nació la Brigada Color y Alegría, que se dispuso a pintar murales en las paredes que quedaron intactas.
Alrededor de 10 comunidades de Morelos y Puebla, estos voluntarios hicieron mancuerna con el Centro de Arte y Cultura Abierta de Quebrantadero, Comparsa Bretaña y Verano Activo Axochiapan, para que los niños y jóvenes de los sitios afectados hicieran uso de las pinturas, las imágenes y las palabras para inspirar a la comunidad.
Actualmente, los lugares que sufrieron estragos por los temblores se encuentran en etapa de reconstrucción. Y en este proceso destacan los murales, que yacen ahí para fungir como recordatorio de la esperanza, y por qué no, sacar una sonrisa a quienes los admiren.