Sobre las bicis que invadieron para siempre el Metro Velódromo…
Alrededor de las grandes urbes del mundo existen mundos subterráneos, donde los sistemas de transporte se encargan de mover a los habitantes hacia diferentes destinos. Los metros son esos lugares que atestiguan la llegada y partida de millones de personas todos los días. La realidad es que el ambiente que envuelve a estos sitios se puede tornar tedioso y aburrido. Es por esto, que varios transportes subterráneos del globo han decidido adornar sus muros.
Algunos han convertido sus escaleras en teclas de piano y otros los han transformado en escaparates de arte. En el caso de la Ciudad de México, algunas estaciones se han vuelto casa de las tradiciones que definen la idiosincrasia e historia de la capital.
Y es que el metro capitalino es uno de los que más tiene afluencia en todo el planeta. Con el objetivo de informar, entretener y divertir a los usuarios, y hacer de sus trayectos unos mucho más interesantes, se han implementado las estaciones temáticas alrededor de las diferentes líneas que integran la red.
La estación Guerrero, por ejemplo, es la estación de la lucha libre. Por su parte, la estación División del Norte, aloja lo mejor de la música y la composición mexicana. Asimismo, el de Viveros se convirtió en la Selva Lacandona. Ahora es el turno del Metro Velódromo, de la Línea 9.
Esta estación recibe su nombre por encontrarse al lado del Velódromo Olímpico Agustín Melgar, que fue inaugurado en septiembre de 1968 con motivo de los Juegos Olímpicos que se festejaron ese año en nuestro país. Es por ello, que el símbolo que caracteriza a la estación es un ciclista.
Hace sentido, entonces, que el lugar se haya convertido en un tributo a este deporte. Los muros, escaleras y rincones que componen a esta concurrida parada ahora albergan imágenes, historias y hasta un simulador de bicicleta, con el propósito de que los capitalinos aprendan sobre la relevancia de esta práctica en el país.
Cabe mencionar, que para lograr este cometido, se intervinieron más de 3 mil metros cuadrados, con fotos que evocan los hitos más importantes de la bicicleta en la ciudad. La próxima vez que visites esta estación, date unos minutos para apreciar los elementos que ahora la definen.