El proyecto mexicano que convierte los lirios acuáticos en bioetanol será llevado a los ganadores del Premio Nobel.
Entre la biodiversidad endémica del país se encuentra el lirio acuático, el cual suele encontrarse en la riqueza vegetal de Xochimilco. Se trata de una planta que ha sido considerada como amenaza y promesa, pues tiende a invadir distintos parajes de manantiales, lagos y presas mientras que oculta numerosas cualidades y beneficios.
Una de sus propiedades es el de actuar como bioetanol, descubrimiento elaborado por el mexicano José Alberto Espejel. De hecho, este estudiante de segundo semestre de Ingeniería Ambiental de la Universidad La Salle de México presentará su trabajo en Estocolmo –Suecia– a los ganadores del Premio Nobel.
Espejel explica que aunque esta planta está vista como un problema para el entorno mexicano, el lirio acuático funge como filtro natural de contaminantes. Mediante la extracción de azúcares fermentables, proceso que incluye la levadura de cerveza y que lo transforma primero en alcohol y luego en bioetanol, este producto pretende posicionarse como medidas de cuidado al medio ambiente.
De hecho, países como EE.UU., Brasil y unos cuantos en Europa, utilizan el bioetanol como alternativa a la gasolina como medida ecológica para disminuir la contaminación. Según Espejel, si se usa una materia prima para producir bioetanol, como la planta flotadora Pontederiaceae, será posible comenzarse como aditivo y, con una mayor inversión, biocombustible para las calles de la CDMX. E inclusive, “puede ser parte de la solución a la contingencia ambiental y también una contribución a la salud pública”.
Es decir que una vez que el lirio pueda aprovecharse lo más posible, será posible llevarlo a costos industriales y así a un balance de costo-beneficio. De modo que si ahora con una pequeña escala de un kilogramo de lirio, se pueden obtener 20 mililitros de alcohol, eventualmente se podrá producir lo suficiente para proveer a los usuarios de transporte que se mueven en la CDMX.
Con el apoyo de la maestra Norma del Rocío Mireles, egresada de Ingeniería Química en La Salle y Doctora en Ciencia e Ingeniería de Materiales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Espejel ha podido continuar con este proyecto que confirma la importancia de regresar a las raíces de nuestros antepasados, como si ahí estuviera la respuesta para un bienestar global e individual.
Así pues, ambos ambientalistas mexicanos se preparan para ir al Seminario Internacional Juvenil de Ciencia que se llevará a cabo en diciembre en Estocolmo, y así presentar su proyecto a los ganadores de los Premios Nobel. Espejel concluye:
Al principio éramos un equipo y luego me quedé solo; pensé que el proyecto quedaría trunco pero afortunadamente lo retomé con ayuda de la doctora y estamos aquí desarrollando el proyecto emocionados y con ánimo. El proyecto se debe seguir desarrollando pero estoy muy satisfecho y contento con lo que se ha hecho. Además, es un aliciente el hecho de que iré a Suecia en representación de México y toda Latinoamérica. […] Espero que mi investigación pueda interesar en otros países, que se utilice y pueda seguirse desarrollando, principalmente en mi país.
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