Gabriel Zaid (Monterrey, 1934).
Gabriel Zaid no solamente es uno de lo poetas más inteligentes que ha dado México, es también un pensador, un economista, un ingeniero, un anarquista y un católico liberal, un personaje que no se parece a ninguno otro. Nacido en Monterrey en 1934, este extraño artista odia los reflectores por lo que nunca da entrevistas, existen muy pocas fotografías de él y aún menos fuentes de información sobre su vida privada, lo que ha contribuido a que su figura sea completamente legendaria y difícil de clasificar.
Hijo de inmigrantes palestinos, Gabriel Zaid se tituló como ingeniero mecánico administrador en 1955 en el Instituto Tecnológico de Monterrey con una tesis sobre la organización y manufactura de la industria editorial mexicana, un reflejo temprano de su enorme amor por los libros y sus procesos de producción. En 1958 llegó a la Ciudad de México y poco tiempo después se convirtió en colaborador de la revista Vuelta, donde conoció a Octavio Paz —Zaid es uno de los más brillantes e informados comentaristas y promotores de la obra de gran poeta mexicano. Su primer libro de poemas, Seguimiento, fue publicado en 1964 y prologado por el mismo Paz.
Aunque Zaid es más ampliamente conocido por sus ensayos sobre política, cultura y economía mexicanas, sus poemarios han recibido la atención de muchos importantes críticos que lo han catalogado, no sin un gran número de controversias, como uno de los poetas más importantes del siglo XX mexicano, un artista brillante y de una cultura impresionante. Una de las mejores antologías de su obra se llama Reloj de sol. Algunos de sus poemarios más reconocidos son Campo Nudista (1969), Práctica mortal (1973) y Sonetos y canciones (2011).
A continuación algunas frases, citas y fragmentos de la obra del misterioso Gabriel Zaid…
“El arte del elogio es difícil, inadaptado a la velocidad y magnitud que la moderna producción de elogios requiere.”
“¿Cómo leer poesía? No hay receta posible. Cada lector es un mundo, cada lectura diferente.”
“No aceptamos lo dado, de ahí la fantasía.”
“El problema del libro no está en los millones de pobres que apenas sabe leer y escribir, sino en los millones de universitarios que no quieren leer, sino escribir.”
“Acudes a tus ojos porque acudes,
Los ojos de las noche estrelladas.
Y su luz no es tu eco, no lo dudes,
Es otra luz que mueve tus miradas;
Desde la luna, arcón de los rosarios,
Hasta la luna sin itinerarios.”
“No tengas vergüenza de llorar.
Tampoco de no llorar.”
“No te levantes, temo
que el mundo siga ahí.”
“Hay frases que llaman la atención sobre sí mismas, distraen del tema sobre el cual se hablaba y sorprenden incluso al que las dijo, como una revelación, por lo que dicen y lo bien que lo dicen.”
“Un libro no leído es un proyecto no cumplido. Tener a la vista libros no leídos es como girar cheques sin fondos: un fraude a las visitas.”
“Mi amada es una tierra agradecida.
Jamás se pierde lo que en ella se siembre.
Toda fe puesta en ella fructifica.
Aun la menor palabra en ella da su fruto.
Todo en ella se cumple, todo llega al verano.
Cargada está de dádivas, pródiga y en sazón.
En sus labios la gracia se siente agradecida.
En sus ojos, en su pecho, sus actos, su silencio.
Le he dado lo que es suyo, por eso me lo entrega.
Es el altar, la diosa y el cuerpo de la ofrenda.”
“La curiosidad ha sido fundamental para el desarrollo de la humanidad. ¿En qué momento empezamos a considerarla malsana?”
“La literatura oral no desapareció con la escritura, ni va a desaparecer. Circula despreocupadamente, sin firma ni control.”