Panini lleva décadas poniéndole caras al fútbol…
Cada 4 años los cuantiosos fanáticos del futbol detienen su cotidianidad para ver cómo durante 90 minutos, 22 personas se disputan una copa dorada en un campo verde lleno de líneas blancas. Cada 4 años un país es representado por una camiseta, por un balón y por la presencia o la ausencia de goles.
En 2018 el Mundial de Futbol se llevará a cabo en Rusia; una lejana potencia en la que se han construido más de nueve estadios para la ocasión y en la que la gente ya se prepara para recibir a los mejores jugadores del mundo en la emblemática Plaza Roja.
Pero mientras esta primavera se convierte en verano, hay una tradición que desde hace muchas décadas ha acompañado a los apasionados del fútbol en los meses previos a la fiesta deportiva; la de llenar con bustos el álbum oficial de la Copa del Mundo. Una revista llena de colores y uniformes que cada temporada saca la editorial Panini.
La historia de estas icónicas calcomanías coleccionables empezó a escribirse en Italia el año 1945. Justo unas semanas después de que la nación del Mediterráneo atravesara uno de sus peores momentos. Para ser precisos, ese instante en el que ese país estaba convertido en ruinas por el paso de la Segunda Guerra Mundial y por las malas decisiones que tomó Mussolini.
Entre los edificios caídos, las calles rotas y el hambre de la gente, Giussepe, Benito, Uberto y Franco Panini abrieron un puesto de periódicos y revistas frente a la romántica Catedral de Módena. A pesar de la austeridad que había por todos lados, los cuatro hermanos notaron que cada domingo, después de misa, su pequeño local se llenaba de personas que querían saber noticias de fútbol y compraban sólo publicaciones alusivas al tema.
Para 1954, la familia ya era dueña de una inmensa compañía de distribución de diarios. Fue en ese momento cuando a estos magnates italianos se les ocurrió una idea que inmortalizaría su apellido, volver a poner de moda el entusiasmo por llenar álbumes. Según los historiadores, el concepto lo sacaron de unas estampita, que eran populares en la Francia del siglo XIX, en las que había imágenes de los inventos más importantes de la época.
De esa manera los hermanos compraron una empresa en banca rota de Milán que se dedicaba a hacer cuadernillos y estampas. Luego, se les ocurrió poner las laminitas en sobres cerrados. Asimismo, cuando sólo les faltaba la temática, apelaron a la pasión futbolera que se respiraba en cada rincón de Italia.
Y fue así como en 1961 apareció el primer álbum Panini. En la portada estaba el goleador, Nils Liedholm y dentro se encontraba el rostro taciturno de Bruno Bolchi, el jugador del Inter del Milán además de ser buen defensa fue el primer hombre en convertirse en una lámina de fútbol.
Desde el siglo XX hasta nuestros días, el planeta ha seguido con lealtad esta ocurrencia italiana.Y cada cuatro años esta colección de imágenes de futbolistas es una tradición casi tan preciada como la existencia del Mundial. Ha sido tanto el éxito que se calcula que el emporio ha vendido más de 6 millones de cromos cada temporada.
En la Ciudad de México, el Panini se puede encontrar en casi todos los puestos de periódicos que hay en la urbe. Cada sobre cuesta 14 pesos y hay quienes ya a estas alturas van muy avanzados en su compra, intercambio y recopilación de estampitas, algunos ya tienen a toda la Selección Nacional.
