20 inmortales frases de Sergio Pitol

Sergio Pitol Deméneghi (Puebla, 1933 – Xalapa, 2018).

 

Sergio Pitol fue muchas cosas: ensayista, traductor, diplomático y narrador. Este descendiente de nobles italianos, aristócrata de corazón, amante de los muebles, de la comida y de los placeres de la vida, murió hace una semana en su casa de Xalapa, dejando un hueco en el mundo de las letras mexicanas.

Pitol fue un huérfano muy temprano en la vida. La soledad de su infancia y temprano juventud, sin embargo, no lo aislaron nunca del mundo. El exuberante paisaje de un cañaveral de Veracruz, ese donde creció, nunca lo habría de dejar, lo acompañó hasta sus últimos días. Los árboles de café, las cañas de azúcar, los bananeros y la sombra de su jardín estaría en su esencia siempre.

Pocos saben que Pitol vivió mucho tiempo en China, donde fungió como traductor del inglés al español. El país oriental habría de figurar, también, en su imaginario de por vida. El género que muchos sostienen perfeccionó este artista, uno que oscila entre la ficción y el libro de memorias, hizo que los bordes entre su narrativa y su biografía fueran exquisitamente borrosos, marcando su literatura con un sello que la hace inconfundible, además de profusamente inteligente.

Su obra es divertida e irónica, un retrato de sus agudas observaciones que tanto sus viajes como su tiempo en México le dieron. Sus grandes influencias fueron intachables: Dickens, Stevenson, Verne, Gogol, Dostoievsky, Chéjov, Proust, Balzac, Borges, Faulkner, Reyes, Neruda, Kafka y Musil. Algunos de sus libros más celebrados fueron El tañido de una flauta (1972), El desfile del amor (1984), Domar a la divina garza (1988), La casa de la tribu (1989), La vida conyugal (1991), Todo está en todas las cosas (2000), El arte de la fuga (1996), El mago de Viena (2005).

A continuación 20 fragmentos y citas de Pitol, a quien siempre extrañaremos…

 

“Nadie lee de la misma manera. Me abochorna enunciar semejante trivialidad, pero no desisto: la diversa formación cultural, la especialización, las tradiciones, las modas académicas, el temperamento personal, sobre todo, pueden decidir que un libro produzca impresiones distintas en lectores diferentes.”

 

“La cultura es una lucha contracorriente.”

 

“La experiencia de viajar, leer y escribir se fundió en una sola…”

 

“Creemos que no existe sino el presente. Pero, ¿hay presente vivo con pasado muerto? Mas, cuando todo se conjunta y se resuelve, abrimos los ojos y vemos al tiempo acercarse desde el futuro; ahí espera el siguiente amor, el siguiente libro, el siguiente amigo, que son quienes –si nos recuerdan, si nos aman– nos darán al cabo, nuestro tiempo.”

 

“Un novelista es alguien que oye voces a través de las voces.”

 

“Uno es los libros que ha leído, la pintura que ha visto, la música escuchada y olvidada, las calles recorridas. Uno es su niñez, su familia, unos cuantos amigos, algunos amores, bastantes fastidios. Uno es una suma mermada por infinitas restas.”

 

“Todos, los castos como los lascivos, han aprendido que el sufrimiento es la sombra de todo amor, que el amor se desdobla en amor y en sufrimiento.”

 

“Un escritor a menudo oye hablar sin escuchar una palabra.”

 

“La inspiración es el fruto más delicado de la memoria.”

 

“Un libro leído en distintas épocas se transforma en varios libros.”

 

 

“Si bien es cierto que vivimos tiempos crueles, también es cierto que estamos en tiempo de prodigios.”

 

“Libre del peso de las modas, de las capillas, de cualquier urgencia de información, leer se convertía en un acto de hedonismo.”

 

“Adoro los hospitales. Me devuelven las seguridades de la niñez: todos los alimentos están junto a la cama a la hora precisa. Basta oprimir un timbre para que se presente una enfermera, ¡A veces hasta un médico! Me dan una pastilla y el dolor desaparece; me ponen una inyección y al momento me duermo.”

 

“No me siento ni soy una vaca sagrada, como algunos autores. De ser vaca, sería vaca loca.”

 

“No escribo para nadie, sino para que lo que estoy escribiendo corra después la aventura y encuentre, si es que los encuentra, a sus lectores.”

 

“Desde mis comienzos mi escritura ha quedado cercada por límites estrechos: unos cuantos temas y personajes, un tiempo limitado. No he saltado al presente.”

 

“Mi mundo ha sido la lengua.” 

 

“Un atributo de la memoria es su inagotable capacidad para deparar sorpresas. Otro, su imprevisibilidad.” 

 

“Estoy convencido de que ni siquiera la inexistencia de lectores podrá desterrar la poesía.”

 

“De la única influencia de la que uno debe defenderse es la de uno mismo.”