Limpiar ventanas en el cielo…
La palabra héroe es un vocablo de origen griego que puede traducirse como “el que cuida”. Se refiere a seres (únicos e irrepetibles) que realizan gestas de valentía en pos del bien de otros. Humanos capaces de proezas inimaginables que para los más escépticos sólo existen en las buenas novelas épicas.
Sin embargo, a pesar de los pesimistas, la actualidad nos ha entregado algunos héroes sin nombre a los que vale la pena reconocer. Un ejemplo apoteótico de ello son los migrantes mexicanos que, para subsistir y ayudar a sus familias, se dedican a la complicadísima tarea de limpiar los vidrios de los inmensos rascacielos que hay en algunas urbes de Estados Unidos.
A propósito de esta loable y peligrosa tarea, recientemente la revista digital Aeon hizo un homenaje a los trabajadores mexicanos que dedican su existencia a dejar impecables las ventanas de los edificios que integran el paisaje de Chicago. A través de un cortometraje llamado Paraíso, la publicación hizo eco no sólo de la la vida de estos connacionales, sino de la particular manera en la que ven el mundo.
Este video fue dirigido por el realizador israelí Nadav Kurtz, y aunque sólo dura 10 minutos presenta con mucho detalle la vida cotidiana de tres hombres: los zacatecanos Sergio y Jaime, y Cruz Guzmán un joven nacido en EU de familia mexicana. Todos los días estos individuos se despiertan antes del amanecer, preparan kilómetros y kilómetros de cuerda y se suben en elevadores infinitos que los llevan hasta el último piso.
Luego, con el sol de frente iluminándoles los rostros, estos malabraristas hacen nudos, se ponen un arnés y se preparan con mucho cuidado para tirarse al vacío. Los riesgos de este oficio son cuantiosos, después de todo Chicago es conocida como “la ciudad de los vientos”, debido a los gélidos aires que nacen en las entrañas del lago de Michigan. “Cuando uno trabaja en las alturas, este fenómeno puede ser mortífero.” aseguran.
Pero además de las inclemencias del tiempo, los trabajadores de las alturas tienen que procurar ser rápidos, y para que no los corran los dueños de los inmuebles, ser lo más limpios que se pueda, esta ecuación es difícil de aprender, pero el trío la lleva a cabo casi a la perfección. Los mexicanos, pasan el día a kilómetros del piso con: cubetas, guantes, jabón y cepillos sacando el polvo de las ventanas para que los hombres y mujeres acaudalados que viven en el centro de la ciudad puedan ver con claridad el cielo.
Por otro lado, hay que destacar que pese a todos los riesgos que tiene su trabajo, esta labor tiene una parte profunda, como la de ser voyeristas involuntarios . Hasta ahora los migrantes han visto a: parejas haciendo el amor en medio día, a mujeres solas, a personas ofuscadas en una oficina y a gente que sigue ciegamente su cotidianidad sin reparar en que alguien los observa.
En lo que respecta a su filosofía de la vida, mientras Jaime se enorgullece de tener el dinero suficiente para ayudar a sus papás si se enferman, Sergio sueña con caminar en el centro de Chicago con un café en la mano, y Cruz piensa que después de la vida irá a un paraíso en el que estará solo, sin que nadie lo moleste. Asimismo, los tres bromean de que cuando mueran también limpiarán ventanas en el cielo.
Si todo lo anterior no es la definición más asombrosa de lo que es heroico, entonces los héroes reales no existen y los escritores nunca han tenido razón.
Mientras tanto, para que razonen acerca del papel de héroes y de la asombrosa labor que hacen los migrantes mexicanos, aquí les dejamos esta pequeña pieza cinematográfica.