La UNAM, como nunca la has visto
De tanto en tanto aparece en la humanidad un invento que transforma la manera en la que vemos al mundo. Un artilugio que nos permite saber cuál es nuestro lugar en el universo y que nos hace pensar el tiempo y sus extrañas dimensiones desde una lugar distinto.
Quizá por eso, aquella revolución que comenzó con garabatos en una cueva, siguió con la necesidad de hacer mapas y se coronó con la llegada de la primera cámara fotográfica, ahora ha adquirido nuevas proporciones con los drones; esos diminutos aparatos voladores, no tripulados, que pueden ser controlados de forma remota.
En los últimos tiempos, los drones han trascendido su condición de juguete para los entusiastas de la fotografía, y se han convertido en una herramienta útil capaz de auxiliar a los humanos en: incendios forestales, en ubicación de fugas y hasta en temas tan serios como el tráfico infantil.
Pero además de sus múltiples funciones sociales , estos estupendos aparatos aéreos han demostrado ser estupendas formas de conocer los espacios desde una forma completamente novedosa. Los drones nos permiten eternizar esos breves momentos en los que un avión aterriza o despega, y posibilitan que el ojo humano pueda contemplar un paisaje o una ciudad desde el punto de vista de los pájaros y demás criaturas de los cielos.
En nuestro país estas inquisitivas cámaras de las alturas han visitado cientos de lugares. Se han metido entre las pirámides de Teotihuacán, en las cúpulas de la iglesias, encima de las glorietas de la capital y también entre las distintas facultades, esculturas y edificios monumentales que integran la Universidad Nacional Autónoma de México.
Dicho todo lo anterior, hemos juntado en una sola experiencia cuatro videos en drone que nos permiten entender la magnificencia arquitectónica y natural que tiene la casa de estudios más importante de América Latina.
Sin más, aquí les dejamos esta estupenda y relajante travesía por una de las mejores cosas que tiene la Ciudad de México, la UNAM.